Arrieros somos y en el camino andamos
Las cadenas de suministro mueven al mundo desde un punto de vista de satisfacción de necesidades básicas -y otras no tanto- y evidentemente, desde el punto de vista económico.
El famoso “arrieros somos y en el camino andamos” es un antiguo dicho popular para confortar recordando que la situación que te atañe ahora les pasará a otros de forma similar. ¿Quién diría que la evolución del arriero llega hoy, al punto de ofrecer entregas en menos de 15 minutos? En su momento, se fundaron pueblos consecuencia del ir y venir de mulas de carga, hoy tenemos centros de distribución del tamaño de pueblos y ni qué decir de ciudades fábrica. En esta ocasión, escribo cadena de suministro y el porqué de su necesaria descarbonización.
La cadena de suministro es todo aquello que permite que un producto llegue a las manos del cliente. El Consejo Americano de Profesionales de Gestión de la Cadena de Suministro ejemplifica una cadena de suministro de una TV como la que forman la variedad de empresas que fabrican los componentes, la ensamblan y distribuyen para tener la TV en stock lista para ser comprada. Gestionar la cadena de suministro permite que los productos de la cadena sean mejores, más rápidos y más rentables al integrar la oferta y la demanda, dentro y entre las empresas.
Considerando que todos los bienes y servicios que adquirimos provienen de una cadena de suministro, entenderemos la magnitud de su importancia. Simplemente, las cadenas de suministro mueven al mundo desde un punto de vista de satisfacción de necesidades básicas -y otras no tanto- y evidentemente, desde el punto de vista económico. Si mencionamos el vector económico, y tenemos una visión sostenible del tema, deberemos incluir también los vectores social y ambiental. Respecto a este último: ¿cómo se desempeñan las cadenas de suministro?
El Boston Consulting Group (BCG) encontró que sólo ocho cadenas de suministro globales representan más del 50% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero (GEI). La mayoría de GEI se producen en los eslabones de materias primas, agricultura y el transporte de mercancías. En comparación, la fabricación representa menos GEI. Recordemos que los GEI son el gran enemigo frente al cambio climático, pero no olvidemos que las cadenas también se enfrentan a temas de agotamiento de recursos naturales y contaminación de agua y suelo, entre otros impactos ambientales.
Entre las mencionadas cadenas de suministro global que emiten más GEI están: alimentación, construcción, moda, bienes de consumo de alta rotación (como cosméticos, higiénicos, medicamentos, etc.), electrónicos y automotrices, según el reporte Supply Chains as a Game-Changer in the Fight Against Climate Change del 2021 de Burchardt y su equipo de BCG y que ha dado bases para la discusión en el World Economic Forum (WEF) recientemente.
Para el WEF, el 80% de GEI se generan en la cadena de suministro upstream, la que involucra todas las actividades que relacionan al fabricante o prestador de servicios con sus proveedores. Y solo, aunque no menos importante, 10% de GEI se genera por el transporte (transporte final de la distribución del producto final). Así entonces, podríamos cuestionarnos, si fabricar no emite tanto y transportar no emite tanto, ¿de dónde sale el 80%? Los invito a pensar en el efecto acumulativo de una gran cadena con muchos proveedores y muchos trayectos por recorrer para conectarlos.
A mayor dependencia de combustibles fósiles, mayor impacto de las cadenas en el cambio climático. En contraparte, se plantea la descarbonización, como la progresiva reducción de emisiones de carbono a la atmósfera. Descarbonizar es el camino al que estamos llegando. La meta al descarbonizar es llegar a net zero (cero neto). Es decir, recortar los GEI de los procesos y eslabones de la cadena y equilibrar las emisiones residuales mediante procesos de reabsorción natural (océano y los bosques).
Para BBVA, las empresas deben extender sus objetivos de reducción de emisiones a lo largo de toda su cadena de suministro si queremos impulsar la descarbonización del planeta. Que una institución financiera esté tratando el tema muestra la relevancia en términos económicos de un problema que no sólo es ambiental. El reto de la descarbonización es enorme y no sólo en términos técnicos sino también en el sentido de la Gestión de la cadena de suministro, ¿cómo administrar y dirigir la descarbonización?
Retomo información del BCG respecto a la inversión en términos de descarbonización: “los costos de llegar a net zero son bajos, los aumentos en los precios al consumidor final serían de entre 1% y 4% en el mediano plazo”. Aclaro que en algunos eslabones de la cadena será mucho más la inversión requerida que en otros, sin embargo, la cadena analizada con un gran sistema sí podría llegar a tener en promedio precios finales relativamente bajos. Los estimados de BCG respecto a inversión y medidas a considerar por tonelada de CO2eq (el principal GEI) son:
- Menos de $12 USD por Ton de CO2eq
- Aplicar circularidad
- Eficientar procesos y materiales
- Usar energías renovables alimentar a la maquinaria
- Aplicar circularidad
- Entre $12 USD y $120 USD por Ton de CO2eq
- Usar energías renovables para la generación de calor
- Desarrollar nuevos procesos
- Usar soluciones de biodiseño
- Usar energías renovables para la generación de calor
- Más de $120 USD por Ton de CO2eq
- Sustituciones de combustibles
- Captura de carbono
- Sustituciones de combustibles
Independientemente de la inversión, la descarbonización es un proceso que parte de entender el problema y querer actuar para solucionarlo. Tentativamente, llegaremos a cadenas de suministro net zero. Donde el efecto global de la interconexión de las cadenas de suministro descarbonizadas sea un efecto en cascada de descarbonización global. Pero hoy, todos nos encontramos en el camino de lidiar con las GEI que provocamos y vamos cargando, ahora queridos arrieros es momento de valorar qué camino queremos andar.
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