Mentiras que explotarán con la próxima presidenta
Lo malo de las mentiras es que, para los amlovers, son realidades incuestionables y que se convertirán en un boomerang cuando la próxima presidenta se enfrente a la cruda realidad.
Las mentiras en las mañaneras han subido de tono, no solo por la desfachatez, sino por la peligrosidad de las falacias que emite el principal huésped de Palacio Nacional.
Como se ha venido documentando en este espacio, ante el déficit público provocado por un gasto irresponsable derivado de las ocurrencias presidenciales, verbigracia, la construcción de las tres obras insignia de esta administración, AIFA, Dos Bocas y Tren Maya; y del creciente costo de los programas de política social con tintes electorales de AMLO; al gobierno no le alcanza para cubrir el total del presupuesto para el próximo año y por eso se tiene que endeudar en 2.2 billones de pesos.
El falaz argumento que con AMLO no se ha aumentado la deuda, no tiene respaldo en ningún dato duro ni del gobierno de la 4T ni de organismos privados o internacionales.
El presidente necesita recursos monetarios extraordinarios para enfrentar el gasto que representa tener las elecciones en 2024 más concurridas de la historia, de tal suerte que para evitar subir los impuestos y con ello esperar de regreso un voto de castigo de los ciudadanos, ha decidido endeudar a las próximas generaciones.
El triunfo en los comicios cuesta y mucho. La compra del voto es una realidad que pone en jaque a la propia democracia y a las autoridades electorales.
El tamaño de problema que dejará el tabasqueño a su sucesora, si es que Marcelo Ebrard decide no participar bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, es de los más complicados, toda vez que el gasto corriente, deuda, intereses correspondientes, rescate de Pemex, amén de las pensiones, van en aumento a tal nivel que una de las primeras medidas que tendrá que tomar la primera presidenta de México es impulsar una reforma fiscal que conlleva el alza en los impuestos, además de la creación de otros gravámenes.
Veamos unas cifras del Paquete Económico 2024: Gasto, 9 billones de pesos, ingresos presupuestarios, 7.3 bdp; endeudamiento, 2.2 bdp.
Principales programas a donde se destinan los recursos: Pensión para Adultos Mayores, 465 mil mdp (crece 25%); Programa de becas, 87 mil 675 mdp; Sembrando Vida, 38 mil 928 mdp; La Escuela es Nuestra, 28 mil 860 mdp; Pensión para Personas con Discapacidad, 27 mil 860 mdp; Jóvenes Construyendo el Futuro, 24 mil 204 mdp.
Y así sigue la retahíla del oneroso costo que representa regalar el dinero público y si solo fuera eso, pues el daño no sería tan severo, pero en todos estos programas prevalece la opacidad y la corrupción, misma que está documentada en las auditorías que ha realizado la Auditoría Superior de la Federación, en donde cobra como titular David Colmenares.
A todo esto, hay que sumar los sobrecostos que representa mantener los elefantes blancos que se han construido en el sexenio como el AIFA, Tren Maya, que ha excedido en 300 por ciento más del presupuesto original, la refinería Dos Bocas, en donde se lleva gastado más de 18 mil millones de dólares y que no obstante que ya anunciaron que pronto se verán los resultados de la inversión, lo cierto es que en la administración de AMLO, no estará operando al cien por ciento de su capacidad.
La herencia que dejará el presidente a su sucesora es, por decirlo de manera elegante, irresponsable, toda vez que además de dejar más endeudado al país de como lo recibió, heredará serios problemas de narcotráfico, inseguridad pública y violencia generalizada, amén de la crisis sanitaria, económica y en educación, tan solo por citar algunos rubros que de suyo, hablan de un fracaso del gobierno del tabasqueño.
Si nos atenemos a los datos duros, tan solo en las cifras que presenta el PIB en el sexenio actual serán el peor de la historia contemporánea de México, ya que con AMLO se decreció 3.9 por ciento.
Con Miguel de la Madrid hubo un crecimiento del PIB de 0.6%, luego con Carlos Salinas de Gortari fue de 4.0%; Ernesto Zedillo, 3.3%; Vicente Fox, 1.9%; Felipe Calderón, 1.7%; Enrique Peña Nieto, 2.4 y ahora con el gobierno de la autollamada cuarta transformación, no solo hubo cero crecimiento, sino el decremento llegará a rangos de menos 3.9%.
No son datos sacados de la chistera o de la mente calenturienta de los opositores o de eso que llaman la mafia del poder o los conservadores, son datos duros que provienen del Banco de México y del INEGI.
Lo malo de las mentiras es que, para los amlovers, son realidades incuestionables y que se convertirán en un boomerang cuando la próxima presidenta se enfrente a la cruda realidad.