El peor gobernador mexiquense
![El peor gobernador mexiquense](https://elfinanciero-elfinanciero-prod.cdn.arcpublishing.com/resizer/lTcugBxO5kpOw14mj1ib7kQR2_c=/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elfinanciero/X6OFW2W5TFC45OI7FQPUGO2KZQ.jpg)
Luego de gobernar el PRI por casi 100 años el Estado de México, Alfredo del Mazo Maza entregó el poder a Delfina Gómez, de Morena.
El abuelo y el padre se han de estar revolcando en su tumba, ya que el último gobernador de su estirpe jugó un papel definitivo en la dolorosa derrota que tuvo el PRI en el Estado de México y con ella se perdió su bastión más relevante.
En una reprimenda imaginaria que se celebró en la casa de gobierno del jefe del Ejecutivo estatal, en donde estuvieron los tres gobernadores (abuelo, padre e hijo), Alfredo del Mazo González, con palabras altisonantes, tal como era su costumbre, le puso una regañada marca diablo a su vástago por haber entregado en bandeja de plata la gubernatura de la entidad mexiquense al presidente López Obrador.
–¡Eres un pendejo, traicionero y timorato!– gritó el precandidato presidencial en tiempos de Miguel de la Madrid, luego de darle una profunda fumada al penúltimo cigarro de la tercera cajetilla que había consumido a lo largo del día.
–Pero…– balbuceaba el último de la dinastía de gobernadores, –si yo no hice nada–.
Pues, por eso, intervino el abuelo, –¡eres un cobarde, no has fallado, al igual que a todos los gobernadores del partido que te antecedieron. No tienes vergüenza! Reprimió a su nieto.
–Yo solo hice lo necesario para cuidar la seguridad y patrimonio familiar, además de que siempre respete al presidente. Fui institucional–, se defendió el junior.
–¡Traicionaste al partido, a la militancia y a millones de mexiquenses que se formaron bajo el cobijo de las instituciones y de los programas sociales que les dieron inclusión social! … Esgrimía Del Mazo Vélez contra su nieto.
Alfredo del Mazo Maza, quien entre avergonzado y acorralado, trató de defenderse: –Padre, tú de qué puedes presumir, si cuando fuiste candidato a la jefatura del gobierno capitalino en 1997, perdiste los 71 puestos de elección popular que estaban en juego. A lo que de inmediato furibundo contestó su progenitor: –¡Una cosa es ganar o perder en las elecciones y otra muy diferente es la traición, y eso fue justo lo que tú hiciste!
Los gritos y reclamos no cesaban hasta que sonó un portazo, tras el abandono de la reunión familiar de los dos jerarcas de la familia Del Mazo.
Luego de gobernar el PRI por casi 100 años el Estado de México, Alfredo del Mazo Maza entregó el poder a Delfina Gómez, de Morena, y con ello se cerró una etapa de la historia de esa entidad que, con sus claroscuros, fue relevante para convertirla en un auténtico polo de desarrollo económico, social, empresarial, cultural y de inclusión social.
La evaluación de la gestión del último de los gobernadores de la estirpe delmacista, necesariamente tiene que pasar por el tema político y por el balance general de los graves problemas que deja tras seis años de un ejercicio mediocre del poder.
Para el PRI, solo hay un miembro peor que Del Mazo y ese responde al nombre de Alejandro Moreno, dirigente nacional de ese partido.
Los mexiquenses quedan sumidos en la peor crisis de seguridad pública que hayan vivido, amén de la crisis económica que se refleja en los altos niveles de desempleo; además, como un sello propio y característico de los tricolores, la impunidad y corrupción.
Ese es el legado de “Alfredito”, aunque el gobierno que encabeza el presidente López Obrador lo ha encumbrado a niveles de excelencia, por el hecho de haber sido omiso en el cumplimiento de sus obligaciones como un distinguido militante priista.
Si sus antepasados y el propio Enrique Peña Nieto se hubieran comportado como lo hizo Del Mazo Maza, es decir, ajeno al proceso electoral, no hubiera sido gobernador y ni siquiera hubiera podido sobresalir de un rango intermedio en la burocracia mexiquense, ya que, esto lo cuentan los amigos cercanos a su padre, no es un tipo medianamente inteligente y menos avezado en los temas políticos.
Claro, fue cobijado por centenares de funcionarios públicos que son parte de esas generaciones de priistas que crecieron al cobijo de los anteriores gobernadores.
Además, con el triunfo del PRI, PAN y PRD en las elecciones intermedias estatales del 2021, le dieron oxígeno puro al gobernador para terminar su periodo entre serios cuestionamientos.
El problema no termina aquí, sino que, con el nuevo gobierno, el de Delfina Gómez Álvarez, seguramente se recrudecerán los problemas derivados por la criminalidad y violencia, al tiempo de poner en riesgo la gobernabilidad, por el malestar de la población que crecerá conforme avance su gestión.
Como se sabe, en la entidad mexiquense la gobernadora no ejercerá el mando, ya que quien mueve el abanico es Horacio Duarte y en algunos aspectos de gobernanza y políticos, lo hará Higinio Martínez.
Las grandes decisiones y los asuntos relevantes no estarán en el escritorio de la maestra, sino que se moverán a la Secretaría General de Gobierno.
Este embudo burocrático ocasionará serios problemas en la operatividad diaria, al tiempo de ser un caldo de cultivo para dar paso a la grilla y a las intrigas palaciegas.