Nuria Rojas: El cambio climático y lo que podemos hacer para evitar peores consecuencias
Al hablar de estos temas quisiera centrar la importancia que como ciudadanos tenemos para hacer frente a esto.
Con la problemática que enfrentamos por la falta de agua y el notable incremento en la temperatura ambiental no podemos seguir pensando que el cambio climático es un mito.
¿Quién es responsable de este cambio climático? La respuesta somos todos. Al hablar de estos temas quisiera centrar la importancia que como ciudadanos tenemos para hacer frente a esto. Somos nosotros los que en gran medida podemos hacer que las cosas cambien. Al decir esto, podemos pensar: “contaminan más las empresas” ¡claro! solo no olvidemos el poder que tenemos nosotros como consumidores.
Para abordar este tema, quiero hablar de los gases de efecto invernadero (GEI). En México su incremento fue de un 44.5% en alrededor de 20 años, al pasar de 369.92 millones de toneladas métricas en el año 2000 a 534.69 millones de toneladas métricas en el año 2019. ¿Pero qué significa realmente esto? ¿Por qué los gases de efecto invernadero aumentan las temperaturas? Los GEI como el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), entre otros, absorben calor y lo atrapan en la atmósfera, provocando que la temperatura aumente. En esta ocasión me centraré en hablar del metano (CH4) que es 25 veces más potente que el CO2 en atrapar calor en la atmósfera y que representa alrededor de una tercera parte de lo que producimos de GEI.
Uno de los sectores que contribuye en mayor medida a la producción de metano es el manejo de los residuos sólidos urbanos que, al no realizarlo correctamente, contamina el suelo, agua y aire al descomponerse. En México se produce aproximadamente 1 kg de basura al día por persona, debemos enfocarnos en reducir esta cantidad a través de una mejor gestión de los residuos para evitar que sigan generando tal cantidad de GEI en el ambiente.
A medida que las emisiones de GEI se incrementan, también lo hace nuestra temperatura ambiental. En 2022 en la ciudad de Monterrey, la temperatura más alta registrada fue de 44 grados, quince años antes, en 2007 la temperatura más alta registrada fue de 38 grados. Veamos el detalle, si contamos el número de días entre los meses de mayo a septiembre en que se registraron temperaturas superiores a los 39 grados, este número asciende a 19 días en 2022, 12 días en 2017, 9 días en 2012 y 0 días en 2007.
Además, si contabilizamos el número de días con lluvia, en 2022 llovió una totalidad de 76 días, 81 en 2017, 72 en 2012 y 104 días en 2007. Los días en los que se presentaron tormentas fueron 9, 12, 12 y 20 para los años de 2022, 2017, 2012 y 2007, respectivamente.
Viendo de manera cuantitativa el impacto que estamos generando ya es imposible negar que debemos hacer algo y esto puede ser desde muchas aristas. La primera, aprender a manejar los residuos de lo que usamos para poder reutilizar y reciclar, de tal manera que nuestros residuos disminuyan para generar un menor impacto en la generación de metano.
La siguiente opción es reducir desde el origen. ¿Qué pasaría si nosotros como consumidores cuestionáramos más nuestras decisiones de compra sobre lo que nos parece indispensable? Si de manera individual comenzáramos a reducir nuestra demanda, las empresas buscarían soluciones para adaptarse a ello y tendríamos nuevas propuestas.
Quisiera también abarcar el tema de desigualdad, no debemos dejar de lado que quienes más contaminan son las personas con mayores ingresos, esto debido a que, por ejemplo, son quienes consumen de manera irresponsable productos como recipientes de plástico. Pensemos en el ama de casa de nivel socioeconómico medio-alto que acude al súper y adquiere botellas de agua individuales para tener siempre disponibles en el refrigerador, gusto del que una familia de nivel socioeconómico medio-bajo no puede disponer y en su lugar utilizan termos o jarras rellenables. Otro ejemplo de ello sería la frecuencia con la que se adquieren productos como ropa y zapatos, personas con mayores ingresos adquieren fast fashion cada temporada; mientras que las personas de menores ingresos dejan una menor huella al reutilizar más estos productos e incluso adquieren ropa de segundo uso.
Sé que aplicar estas acciones requiere un esfuerzo adicional por parte de nosotros como consumidores y usuarios, pero vale la pena. Me gustaría cerrar con mi frase favorita del libro Cómo evitar un desastre climático de Bill Gates: “no hace falta ser político o filántropo para ayudar a mejorar las cosas”.
La autora es Profesora e Investigadora del Departamento de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Adscrita al Centro de Investigación FAIR Center for Financial Access, Inclusion and Research del Tecnológico de Monterrey.