La Constitución de 2024
Tras presentar su propuesta de 20 reformas para consolidar la Cuarta Transformación, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, vitoreó las constituciones de 1824, la de 1857, y la de 1917.
A casi 9 meses de que deje la silla presidencial, el mandatario busca trascender. En sus propias palabras, los cambios buscan que “si regresan los corruptos, las nuevas generaciones puedan, llegando el momento, recuperar el camino de la justicia, la paz, la democracia y la soberanía”.
La mayoría de las iniciativas que comenzarán hoy la ruta legislativa para su discusión y eventual votación, ya tienen de cabeza a la clase empresarial del país.
Una vez analizadas, el sector privado manifestó su rechazo a las modificaciones, 18 de ellas constitucionales, advirtiendo que traerán inestabilidad al país, principalmente en la que se refiere a la eliminación de los órgano autónomos, así como a la reforma al sistema de pensiones, del cual cuestionan su viabilidad financiera.
Sin embargo, es una realidad que los 20 postulados del presidente atienden una serie de pendientes que no pudo concretar durante su gestión, y que le han llevado a enfrentamientos casi cotidianos con propios y extraños.
El intento por empujar una nueva Constitución, la de 2024, es una llamada de atención de que, como lo ha expresado el mandatario, la Cuarta Transformación sigue en proceso. Cierto es que en estos más de cinco años desde que tomó el poder, se han sentado las bases de cambios profundos en la vida pública del país, sin embargo, el gran reto es hacerlo transexenal.
El arrastre social de las propuestas del Presidente, quien es experto en interpretar el sentir popular, es tal que la oposición, encabezada por la candidata Xóchitl Gálvez, afirmó que apoyará la iniciativa de pensiones, aunque anticiparon algunos ‘peros’.
Por lo pronto, Claudia Sheinbaum, como puntera de todas las encuestas serias, no sólo ha respaldado las iniciativas del Presidente, sino que afirmó ayer que serán parte de su proyecto de nación que presentará el próximo 1 de marzo, en el arranque oficial de su campaña.
En este sentido, no es aventurado adelantarnos a que el sexenio 2024 a 2030 será, de igual forma que este, un periodo de confrontaciones entre los diferentes sectores productivos con el próximo gobierno.
250 años en vilo
Sigue en juego el futuro del Monte de Piedad, cuya administración estaba por “tomar decisiones difíciles”, en vista de la negativa de su líder sindical a firmar el acuerdo de mediación presentado por la STPS. Sin embargo, la jueza que lleva el caso decidió dar otra prórroga -esta vez al 9 de febrero- para agotar todas las posibilidades de acuerdo, y evitar que esta negociación termine en tragedia.
Ambas partes están acudiendo a sesiones a fondo en juzgado, para procurar llegar a un punto medio que evite que el Monte caiga en la vía de no retorno financiero, terminando así con un legado de casi 250 años…
Dice el sindicato que esta vez sí está abierto al diálogo… veremos.