La persecución de ICE termina con la muerte de dos trabajadores agrícolas, y deja una estela de ira y preguntas
Celestino Hilario García, con los ojos enrojecidos y la voz en carne viva, se esforzó por explicar que las muertes de su hermano y su cuñada no eran su culpa.
Hace un mes, los agentes de Inmigración y Aduanas habían puesto la mira en Santos Hilario García. En la oscuridad de la madrugada, lo siguieron...