Saprissa y un Kevin Chamorro espectacular hicieron perder la cabeza a Alajuelense
Saprissa logró con un planteamiento inteligente controlar el impulso de Alajuelense y ya se escapa seis puntos en la lucha por el liderato.
Un aficionado le intentó pegar a Fabrizio Alemán, otro corrió por la gramilla del Morera Soto exigiéndole a los jugadores erizos compromiso y hormonas; mientras que uno más tuvo un enfrentamiento con Giancarlo Pipo González después del duelo, cuando el defensor se dirigía al camerino.
Andrés Carevic salió con cara de pocos amigos a la conferencia de prensa, se le notaba su deseo de no estar ahí. Todos estos síntomas son parte de la frustración que el Saprissa causó en una Liga que veía este duelo como la gran oportunidad para recobrar la ilusión y el liderato.
El Monstruo, equipo que viene de vivir una semana convulsa, porque su exentrenador Jeaustin Campos fue separado del cargo ante una denuncia por insultos racistas, ganó 2 a 0. La victoria morada estuvo basada en un planteamiento inteligente de parte de Vladimir Quesada y una actuación soberbia de Kevin Chamorro.
Alajuelense, contrario a lo que cualquiera pensaría, no jugó mal. El equipo de Carevic fue el que tuvo las mejores ocasiones, también el que llegó más y si en el fútbol existiera la justicia probablemente el que menos mereció perder; no obstante al final el deporte es de resultados y con el marcador en contra el descontrol se apoderó del Morera Soto.
De nada sirvieron las tres ocasiones que tuvo la Liga en la primera parte: una chilena de Johan Venegas, un remate de cabeza al ángulo y un mano a mano de Jossimar Alcócer con Chamorro. Todos esos chances terminaron en gritos de goles que no se dieron porque el cuidapalos tibaseño simplemente llegó en un nivel excepcional.
Tampoco importó el control de medio campo que consiguieron hacer Alex López y Dardo Miloc; menos importó el buen aporte ofensivo de Carlos Martínez y Suhander Zúñiga. Hay que ser claros, a los manudos de nada les sirvió ser mejores en los primeros 45 minutos.
Saprissa por su parte no fue el más bueno pero sí el más inteligente. Los campeones nacionales se encontraron en el cierre de la mitad inicial un contragolpe comandado por Luis Paradela, Álvaro Zamora remató de larga distancia, el balón pegó en el vertical de mano izquierda y el propio Paradela consiguió rematar el rebote.
En este momento, Andrés Carevic caminó a su banquillo, se sentó en la primera silla, miró al suelo y se agarró con fuerza su larga cabellera para empujarla hacia atrás de su cabeza. La preocupación comenzó a atacar.
La segunda parte impulsó de nuevo a LDA. Con solo tres minutos Alcócer otra vez quedó frente a Chamorro, pero no pudo disparar porque Gerald Taylor lo traboneó en el último suspiro. El lateral morado está viviendo una gran campaña, donde se ve seguro, ya no se le nota tan agresivo en la marca y también está mejorando su técnica con el esférico.
Saprissa empezó a administrar su ventaja, aunque no atacó con gran peligro al León, lo cierto es que el Monstruo sí entendió que podía jugar con la desesperación adversaria.
Los minutos siguieron sumando hasta que David Guzmán aprovechó un grueso error defensivo, porque todos los zagueros manudos se fueron a bloquear a Kendall Waston, y el contención entró al área pequeña como si estuviera en su casa para empujar un balón con la cabeza y marcar. 2 a 0.
Esta diana desató el enojo de una afición que está cansada de perder clásicos. Un seguidor que se metió a pedirle explicaciones a los futbolistas terminó aplaudido por toda la gradería y comenzaron a darse episodios para el olvido, en donde se vieron agresiones y momentos de mucha tensión.
Un gran Kevin Chamorro y un Saprissa inteligente desbordaron la paciencia de la Liga y los frustraron hasta hacerlos perder por completo la razón.