Alajuelense toma impulso con tres figuras y la intensidad como equipo

Alajuelense sacó sin problemas a Cartaginés del camino, los manudos mejoraron la versión que presentaron en el Fello Meza y demostraron que entran en gran momento a la final.

Alajuelense fue mejor en el partido de ida, al punto que no llegó con ventaja a la vuelta por yerros propios. De hecho, el juego de ida se le complicó, más por responsabilidad propia que por virtudes de Cartaginés; sin embargo en la vuelta los manudos no querían vivir sustos y le pasaron por encima a los blanquiazules.

Logró una victoria 3 a 0 contundente y con jugadores en gran momento individual, quienes al final pueden ser diferenciales de cara a la definición de un cetro.

La Liga llega a la final con armas afiladas. Por ejemplo, Carlos Mora tuvo, al igual que en la ida, una noche brillante y fue el mejor hombre de su equipo. Mora es desequilibrante, es un dolor de cabeza para los defensores y la jugada que se propone, la hace.

Mora en este encuentro consiguió una asistencia de lujo al ponerle un balón de taquito a Aarón Suárez para conseguir el primer gol; pero también profundizó por el sector derecho y rozó su anotación, sobre todo en los últimos minutos cuando se adentró en el área y movió el vertical derecho de Darryl Parker; al final ese remate terminó en gol, porque Aarón tomó el rebote para celebrar.

Otra individualidad que marcó diferencia fue la de Aarón. El pequeño volante no solamente anotó sino que supo darle a la Liga minutos de posesión, también puso a Alajuelense a flotar con el esférico y cuando tuvo que profundizar con intensidad, con balones a los espacios, no lo dudó.

Pero el buen momento manudo no queda en dos nombres, ya que Suhander Zúñiga fue una ala trascendental en este encuentro. El exsancarleño ganó todos sus duelos, también creyó en sus condiciones y remató en varias ocasiones de larga distancia hasta que consiguió vencer a Darryl Parker.

A diferencia de la ida, los manudos lucieron concentrados en la marca y también intensos. También en ofensiva no solo fueron efectivos sino que lograron crear muchas ocasiones. Si Freddy Góndola, Johan Venegas y Alex López hubiesen anotado sus chances, el duelo habría rondado un 5 a 0.

Mientras, Paulo Wanchope planteó un parado muy ordenado para aguantar y apostar al contragolpe.

El juego ofensivo brumoso recayó sobre los hombros de Jeikell Venegas, desequilibrante extremo que no se cansó de luchar, de ir a línea de fondo y de intentar dejar marcas en el camino; pero siempre fue controlado por los zagueros que le aplicaron dobleteos para evitar que creciera en su juego.

Chope pobló demasiado la zona media, pero olvidó que su equipo era el obligado a marcar y no le colocó un enlace a Marcel Hernández y Venegas.

Lo que sí mostraron los brumosos es que Alajuelense cuando tiene velocidad y habilidad en su adversario pasa momentos complicados, porque debe recurrir a dos zagueros para controlar las embestidas.

El Morera Soto terminó coreando a su equipo, tres goles terminaron de desatar el positivismo entre los erizos y ahora están ansiosos por disputar la final.

Alajuelense es justo finalista, pasó con creces su semifinal; pero además demostró que podía socar los tornillos que estaban ‘medio flojos’ de la ida para castigar a un rival que fue inferior en ambos duelos. Los manudos están a la espera del ganador entre Herediano y Saprissa, pero lo cierto es que llegan en buen momento grupal y varias de sus figuras sobresalen individualmente, un elemento clave en cotejos cerrados como son los que definen los campeones.