¿Qué hacer si le ocurre una intoxicación por alimentos?
Sus síntomas suelen incluir diarrea, debilidad corporal, dolor de cabeza y cuerpo, además de vómito y fiebre; le detallamos cómo proceder
Una afección de salud molesta e incapacitante es una intoxicación con alimentos. Este padecimiento es provocado por gérmenes u otros contenidos dañinos en la comida o bebidas y puede ocurrirle a cualquiera sin importar su edad.
Sus síntomas incluyen un fuerte malestar estomacal, diarrea y vómitos a unas horas de ingerir aquello que causó el problema. A esas dolencias se suman calambres abdominales, debilidad corporal, dolor muscular, fiebre y dolor de cabeza.
La contaminación de la comida que origina toda esta pesadilla corporal suele ser por bacterias, virus o moho, las cuales se aparecen con frecuencia debido a una manipulación inadecuada de la comida.
Por ejemplo, un lavado de manos incorrecto puede ocasionar que restos de heces en las manos después de ir al baño luego se transfieran al preparar o servir la comida. O alimentos dejados a temperatura ambiente demasiado tiempo o aquellos en el refrigerador que ya caducaron y de todos modos se consumen.
Tratamientos
Los siguientes consejos son provistos por La Clínica Mayo (entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación), el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, ambas del gobierno de los EE. UU. y centradas en investigación biomédica y de salud pública.
Deshidratación. Es la complicación más frecuente porque la diarrea y el vómito hacen perder agua, sales y minerales. Debe beberse mucho líquido pero no grandes cantidades en lapsos cortos; mas bien muchos sorbos o tragos a lo largo de las horas.
Vómito. Si el vómito es recurrente, procure la bebida de pequeñas cantidades de líquidos claros (suero o refrescos hidratantes para deportistas).
Debilidad física. Descanse tanto como le sea posible y evite la luz solar directa.
Alimentación. Solo cuando vuelva a sentir apetito y con porciones pequeñas, livianas y sin grasa como tostadas, galletas soda, arroz y banano; por ejemplo. Evite por completo alcohol, café, gaseosas y recetas muy condimentadas o con grasa porque esto agravará los síntomas.
¿Cuándo acudir al médico si le ocurrió a un bebé u otros menores? Si los síntomas incluyen vómitos, diarrea y alguno de los siguientes: cambios inusuales de comportamiento, sed excesiva, poca o ninguna necesidad de orinar, debilidad, mareos, diarrea de más de un día, sangre o pus en las heces, heces negras, dolor intenso de estómago o del recto, fiebre en caso de menores de 2 años o fiebre de 39 grados o superior en niños de más edad.
¿Cuándo acudir al médico si le ocurrió a un adulto? Si entre los síntomas aparece alguno del sistema nervioso como visión borrosa, excesiva debilidad muscular y hormigueo en la piel.
Si hay cambios en el comportamiento, fiebre de 39 grados o superior, vómito frecuente, diarrea que dura más de tres días y deshidratación aguda (se manifiesta como sed excesiva, boca seca, poca cantidad o ausencia de ganas de orinar), mareos o sensación de aturdimiento.
Prevención
Aseo. Lávese las manos y limpie las superficies de trabajo antes, durante y después de preparar algo. Los microbios pueden sobrevivir en muchos lugares alrededor de la cocina como utensilios, tablas de picar y sus manos.
Separación. Mantenga las carnes rojas, aves, mariscos y huevos crudos separados de otros alimentos. También refrigere o congele rápidamente todo cuanto puede echarse a perder.
Lavado. Limpie las frutas y verduras antes de comerlas, cortarlas o cocinarlas. Del mismo modo, utensilios y superficies de trabajo después de cada uso.
Cocción. Cocine los alimentos el tiempo debido y a temperaturas lo suficientemente altas para eliminar los microbios nocivos y NUNCA consuma nada que pudo echarse a perder por estar fuera del refrigerador más de dos horas o a temperatura ambiente superior a 32 grados por más de una hora.
A desechar. Si no está seguro de si un alimento fue preparado, servido o almacenado de manera segura, deséchelo. Incluso si tiene buen aspecto y huele bien, consumirlo podría ser inseguro. Misma suerte para cualquier preparación horneada, fruta, verdura o alimento seco (nueces, por ejemplo) con moho.