Reglas en Manuel Antonio
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Me sorprendieron las reglas para entrar al Parque Nacional Manuel Antonio: botella de agua reciclable y sin hieleras ni comida. Me pareció muy bien. Incluso tuve que dejar una bolsa con semillas mixtas en la entrada. Sorprendida por no ver los monos que acechan a los turistas en la playa, pensé que finalmente se habían ido al bosque a buscar su alimento. Pero no, estaban en la cafetería, robando a los visitantes dentro del parque.
No deberían vender alimentos porque eso reduciría sustancialmente el tiempo de visita y, por ende, el impacto ambiental. Hay que comenzar a cambiar, que sean paseos para admirar la belleza natural. Para pasar tiempo en la playa, hay muchas más. Por eso, me complace que la Sala Constitucional anulara la orden del Sinac de duplicar la cantidad de visitantes diarios.
Sylvia Elena Vargas Vega
San José de la Montaña
Sin conexión
Soy de San Rafael de Escazú y desde el 5 de mayo no tengo internet, televisión y teléfono. Llamo todos los días al número de Servicio al Cliente de Kölbi del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y me dicen lo mismo, que un visitador se va a comunicar conmigo para resolver el problema, que en 12 horas debería estar resuelto el problema y ya vamos para una semana. Número de servicio 21014245.
Juan Ignacio Sanso Crespo
Escazú
Validación de títulos
Yo sí creo que el Consejo Nacional de Rectores (Conare) debe ser la institución que valide los títulos. No es posible que el Ministerio de Educación Pública (MEP) pretenda que todo se cuele en un cedazo donde pasen incluso las universidades de garaje, a lo cual se debe sumar la baja calidad de la educación superior.
De nuevo el gobierno no negocia, impone. Claro que se deben corregir los procesos burocráticos. Conozco de un extranjero con buen currículo que lleva dos años en el proceso de validación y fases de cuatro meses sin respuesta, aunque existe el derecho de respuesta constitucional.
Mario Valverde Montoya
Montes de Oca
Inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) invade como un tsunami los espacios de la realidad y genera incertidumbre sobre cómo afectará la labor futura de los docentes. Preocupa que una niña diga que “ya ni para qué ir a la escuela” por haber podido entender un problema de Física por medio del ChatGPT.
La IA imita, cada vez con mayor éxito, las funciones de la inteligencia humana relacionadas con el aprendizaje (percepción, memoria, razonamiento y resolución de problemas, interacción lingüística e incluso la producción de trabajos creativos). Los ingenieros de la IA desarrollan nuevas versiones de chats y realizan pruebas continuas para mejorarlos.
Si se pusieran en práctica a fondo estos medios tecnológicos, ¿dónde quedaría el papel de los docentes? Según Andrés Oppenheimer, “los docentes de carne y hueso tendrán que reinventarse y convertirse en motivadores, consejeros académicos… y enseñarán a desarrollar habilidades blandas, como la curiosidad intelectual, la iniciativa personal, la flexibilidad mental, el trabajo en equipo y la conducta ética. También podrán dedicar más tiempo a trabajar en las fortalezas y deficiencias de cada uno de sus estudiantes y estimularlos a ser más creativos y emprendedores”.
Es de esperar que en un futuro próximo las ventajas de la IA prevalezcan sobre los posibles riesgos.
Silvia Gagneten Barbetta
Rohrmoser
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