Ojo con el manejo de la presión en Alajuelense
Artículo de opinión, por la psicóloga deportiva Laura Moreira. No soy tan futbolera, pero vi la Gran Final porque mi mamá es muy liguista. Lo viví con todas las emociones que les da a los fans, porque ella sufrió un montón.
No soy tan futbolera, pero vi la Gran Final porque mi mamá es muy liguista. Lo viví con todas las emociones que les da a los fans, porque ella sufrió un montón.
Lo que noté como espectadora es el manejo de la presión, es un tema importante. Más en un estadio tan lleno, el público, la final y la historia, porque la Liga tiene esta historia de repetición, de que llega a la final, a un punto importante y no logra cerrar.
Cada vez que les pasa les echa una cucharadita de presión y eso es en el deporte en general, no solo en el fútbol. En un evento de mucha carga emocional si no se maneja, empieza a fallar la concentración y la precisión.
Cuando la Liga llegaba a marco y quería rematar, la precisión no la tenían muy fina. Podría decirse como desesperados, falla la precisión y la carga emocional empieza a ser más y más. No solo en los jugadores, en el cuerpo técnico también.
Hay que preguntarles a ellos, porque una cosa es lo que uno ve desde la televisión y otra lo que ellos viven adentro, pero desde afuera uno ve las caras con emociones y si no se regula, eso hace que no se tomen buenas decisiones.
Se pierde la perspectiva, la comunicación no es efectiva y un equipo sin precisión, sin concentración, sin una comunicación adecuada y con una carga emocional muy alta, ya no va a jugar a como entrenó o a como podía venir jugando en otros partidos.
Los profesionales en Psicología pueden tener distintas aplicaciones y en fútbol está de uso común el neuroentrenamiento, que es entrenamiento con luces, computadoras, programas que entrenan la reacción, la velocidad y a veces se cree que es solo eso.
Para el manejo de emociones se necesita más, que es la preparación mental, desde la Psicología general, con sesiones individuales, de grupo, simulacros de partidos, análisis de juegos y acá en el fútbol hay que comenzar con un manejo general de emociones, cómo se regulan, técnicas para el manejo emocional y cómo nos concentramos en medio de todo.
Hay que aprender cómo regular el nivel de activación, que es el nivel de energía que tenemos a la hora de jugar. Eso se ve en movimientos y expresiones.
Cualquier atleta con una activación alta, una emoción alta y poca concentración ya va a perder la precisión.
Siempre está el miedo al trabajo psicológico. Se cree que es para débiles y no es eso. No sé por qué se asocia con algo malo que pasa. Si pudiera recomendar algo es la psicoeducación desde las ligas menores, familias, entrenadores y futbolistas.
Un exceso de adrenalina hace que no se tenga la claridad para tomar decisiones. Para jugar se necesita una calma activa para poder ser precisos, recordar la estrategia, tener una comunicación adecuada.
Yo creo que va al lado de la parte educativa, de aprender todo esto, ponerle atención a la parte psicológica de todos en un equipo, incluido los directivos.
Si no se trabaja eso, lo repite. En el caso de la Liga, le ha pasado varias veces. Si se repite, se repite y se repite es porque hay algo que todavía no ha sanado.
Por mi experiencia en procesos de clasificación de atletas a Juegos Olímpicos, lo de la Psicología no es solo una sesión, es un acompañamiento. Yo llevo procesos de trabajo con atletas de hasta diez años ya, en las competencias, haciendo análisis de videos, aprendiendo a ajustar.
Es un proceso de años y de mucha disposición en los atletas, de querer aprender, cambiar, transformar y probar hasta que cada equipo encuentra su sincronía para poder tener la precisión, la comunicación, el manejo de la situación, de la presión, de la carga emocional adecuado.
El tema con la Liga es la carga psicológica de una final, porque vea que el equipo venía bien y hasta llegó con ventaja, pero eso tiene un peso y hay que prepararse para ese peso. No se juega igual cuando hay ese peso.
Uno tiene que desarrollar estrategias grupales e individuales para llevar ese peso y aún así continuar jugando. Lo más bonito del deporte es que siempre da una oportunidad de mejorar y cambiar, pero cuando no sucede, surge esa frustración fea de que no se pudo una vez más.
Hay que analizar en lo interno cómo encontrar una vía de resolución, que se puede. Yo he visto atletas a los que se les trabajan las emociones con la parte psicológica. Sí se puede, pero lleva trabajo, tiempo y ganas de querer hacerlo.
Es empezar desde adentro y no desde afuera. Es decir, no señalar al árbitro, al público, a la sede, que es más sencillo. Lleva una introspección fuerte.
Todo el tema de la preparación psicológica es parte del jugador integral, en el sentido de que el jugador debe aprender de lo físico, ya sea cómo estilar, cómo recuperar. Tiene que aprender de lo técnico, aprender y saber de la estrategia y la táctica.
De igual manera tiene que aprender y desarrollar las habilidades psicológicas y técnicas para la regulación de las variables, como la motivación, la concentración, activación, seguridad, confianza y manejo de emociones.
Tiene que saber del tema nutricional, alimentación, hidratación y sobre las variables sociales, donde inclusive entran las familias. Ya sea pareja, familiares directos. El jugador es un entramado de todas estas variables.
Entre más capacitación y más habilidades en todas las áreas, el rendimiento y el disfrute va a suceder, va a fluir y esto significa que un jugador necesita saber muchos detalles de todas estas áreas.
* Laura Moreira es directora de PsicoDeporte, emprendimiento de psicología deportiva.