De zoocárcel a jardín botánico, ¡ojalá!
Lea en ‘Cartas a la columna’, además de la propuesta para transformar el antiguo Parque Bolívar, la solicitud de un joven estudiante para resolver los problemas de Puntarenas y Limón, y una queja sobre la Contraloría de Servicios del nuevo hospital de Turrialba.
En la Revista Dominical del 28 de abril, se nos recordó que hace 30 años el Museo de los Niños abrió sus puertas en lo que antes fue la Penitenciaría Central de San José. Gracias al impulso de la primera dama de aquel entonces, Gloria Bejarano, el sitio, reminiscente de crímenes sangrientos, violaciones y delitos de todo tipo, pasó a ser un lugar de alegría, esperanza y bondad. Hace algunos días, se cerró el zoológico Simón Bolívar, donde se mantuvo en cautiverio a un grupo numeroso de fauna, una especie de zoocárcel. Coincidentemente, el contrato para la administración de zoológicos estatales data de 1994, año de apertura del Museo de los Niños. Ojalá el área verde de 1,7 hectáreas en el barrio Amón sea pronto un jardín botánico. Las presentes y futuras generaciones lo agradecerán.
William Murillo Montero, Heredia
Puntarenas y Limón
Soy originario de Puntarenas centro y resido en Limón desde mediados del año pasado por estudios universitarios. Aunque no lo parezca, ambas provincias comparten grandes similitudes: las playas preciosas, el calor infernal y la biodiversidad magnífica. Además, compartimos algunos problemas sociales, como el desempleo, la pobreza y la criminalidad.
En el Pacífico, es característica la vida marina y fundamental para un pueblo que vive de la pesca; en el Caribe, la situación es algo distinta.
En la dos son necesarias políticas públicas para combatir los problemas y cuidar los bosques, los mares, a la gente y toda la vida que poseemos, aparte de un ambiente económico diverso para explotar las cualidades y habilidades de nosotros como habitantes.
Brayner Sánchez Calvo, Puntarenas
Contraloría cerrada
Fui a la Contraloría de Servicios del nuevo hospital de Turrialba y me topé con un búnker. Solo un pequeño rótulo dice “Toque y espere”. Varias personas habían tocado y esperaban algún ser viviente en esa oficina.
El nuevo contralor parece creer que está a cargo de una oficina de reclamos por venta de electrodomésticos y no de personas enfermas que necesitan su ayuda.
Luis Guevara Rivas, Turrialba
Ambulancia privada
Cuando se solicita el traslado de un paciente de su domicilio a un centro privado, la Cruz Roja no da el servicio y le dice al familiar que debe pedir una ambulancia privada, a pesar de ser una emergencia.
Me sucedió el 8 de enero con un pariente de San Sebastián. Hay que tener a mano los números de las empresas que brindan el servicio, pues para un paciente en estado crítico el tiempo es primordial.
Fernando Cordero Alvarado, Desamparados
Polis y palabra
Para un griego como Aristóteles, la polis no era solo sinónimo de ciudad o de grupo comunitario, pues, incluso entre los animales (los que no saben) hay sociedades, y entre los dioses (que todo lo saben) también.
Así, la polis para un ateniense era el lugar de la “palabra humana”, de la asamblea pública, del ágora y el debate racional. Por esa razón, Atenas consideraba bárbaros a Egipto y Persia: eran sitios donde un lobo amedrentaba a unas ovejas.
Francisco Barrientos Barrientos, Coronado
Acuerdo sobre pandemias
No entiendo el disgusto de Fabricio Alvarado ni el de las autoridades de la Iglesia católica sobre la propuesta del acuerdo de la OMS sobre pandemias. El inciso 3 del artículo 24 indica que nada se interpretará en el sentido de que confiere a la secretaría de la OMS, incluido el director general de la OMS, autoridad para dirigir, ordenar, alterar o prescribir las leyes nacionales o internas ni las políticas de alguna de las partes, o para ordenar o imponer obligaciones para que los países tomen medidas específicas, tales como rechazar o aceptar viajeros, imponer mandatos sobre vacunación o medidas terapéuticas o diagnósticas, o confinamientos.
Federico Montero Mejía, Escazú
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