Un pequeño país está desapareciendo por el cambio climático: ¿cómo reaccionan sus habitantes?
Tuvalu, un pequeño país de la Polinesia con apenas 26 km², está desapareciendo lentamente en medio del océano Pacífico. Ubicado entre Australia y Hawái, el archipiélago está a punto de convertirse en uno de los primeros territorios que quedarían bajo el mar debido al cambio climático.
Su aislamiento es extremo. Apenas llegan cuatro vuelos por semana desde Fiyi y la pista del aeropuerto es usada como cancha de fútbol cuando no hay vuelos.
La economía depende en gran medida de la venta de dominios de internet “.tv”, populares entre televisoras del mundo. El dinero en efectivo es escaso: el dólar australiano es traído desde afuera porque los primeros cajeros automáticos llegaron apenas en el 2025. Casi no hay automóviles debido a la dificultad para importarlos, por lo que predominan las motos.
Un país bajo amenaza
La altura promedio de las islas es de solo tres metros sobre el nivel del mar. Desde los años 80, los habitantes reportan mayores ciclones y olas fuertes.
En 2004, una periodista de la revista Smithsonian observó en Tuvalu una antigua posición de artillería estadounidense de la Segunda Guerra Mundial. La estructura, antes ubicada en la playa, ahora estaba seis metros dentro del mar.
La situación empeoró rápidamente. En el 2021, el entonces primer ministro Simon Kofe apareció en la Conferencia del Clima de la ONU hablando desde una zona inundada con agua hasta las rodillas para ilustrar dramáticamente que el país se hundía.
Migración climática: realidad inevitable
La NASA reportó en el 2023 que el nivel del mar en Tuvalu subió 15 centímetros en tres décadas. Este aumento continuará al menos 5 milímetros cada año. Para el 2050, la mayoría de la tierra habitable del país quedará sumergida, haciendo imposible la vida en las islas.
En junio del 2025, Tuvalu logró un acuerdo inédito con Australia para permitir la migración permanente de 280 habitantes al año. Más de 5.100 personas, casi la mitad de los 11.000 habitantes del país, se inscribieron en la primera convocatoria.
Este acuerdo es considerado el primero de su tipo, diseñado para ofrecer una migración digna frente a los efectos climáticos.
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Resistencia en Tuvalu
Durante muchos años, Tuvalu rechazó propuestas similares del Gobierno de Fiyi. En el 2019, según reportó The Guardian, la mayoría de habitantes aseguraba que permanecería en sus tierras pasara lo que pasara. Sin embargo, en solo seis años, esta percepción cambió radicalmente.
El reconocido científico climático brasileño Carlos Nobre indicó que muchas islas del Pacífico enfrentarán situaciones similares debido al aumento de temperatura y nivel del mar. Incluso si el mundo logra reducir sus emisiones, las consecuencias climáticas se extenderán durante décadas.
Tuvalu no es el único caso. Otros territorios como Kiribati, Maldivas e Islas Marshall están igualmente amenazados. Según Nobre, para 2050 muchas de estas poblaciones deberán trasladarse a lugares más seguros.
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El colonialismo del carbono
La crisis climática no es solo ambiental y humanitaria, también tiene efectos económicos. En el 2019, Kevin Rudd, exembajador australiano en EE. UU., sugirió ofrecer residencia a los habitantes del Pacífico a cambio del control de sus mares y zonas económicas exclusivas. La propuesta fue duramente criticada por el entonces ministro tuvaluano Enele Sopoaga como “neocolonialismo”.
Sopoaga reapareció en el 2025 denunciando los términos del acuerdo reciente con Australia, especialmente un artículo que permite el poder de veto australiano en decisiones relacionadas con seguridad nacional de Tuvalu.
Este fenómeno, conocido como “colonialismo del carbono”, también afecta a países como Kenia y Uganda, donde los intereses económicos y políticos se aprovechan de la crisis climática para desplazar poblaciones indígenas.
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¿Y los que se quedan en Tuvalu?
Para quienes se resisten a abandonar el país, el gobierno ejecuta proyectos desde hace varios años. En 2017 inició el Proyecto de Adaptación Costera de Tuvalu (TCAP). La primera fase concluyó en 2024 con la construcción de 7,8 hectáreas de tierras elevadas resistentes a inundaciones y la protección de 2,78 kilómetros de costa.
Actualmente está en desarrollo la segunda fase (TCAP II), financiada con $17,5 millones aportados por Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, que protegerá 800 metros más de costa.
Además, en 2022 se anunció un proyecto de largo plazo llamado “Te Lafiga o Tuvalu” (Refugio de Tuvalu), que pretende garantizar una zona segura para toda la población hasta después del año 2100. Esto incluye la creación de tierras elevadas, suministro sostenible de agua potable, seguridad alimentaria y energética, además de reubicación de centros cívicos, escuelas y hospitales.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.