Estudiantes avanzan en escuela y colegio con vacíos en matemáticas porque no reciben programa completo
Este 2025, Javier cursa décimo año. Desde que está en tercer grado, su trayectoria educativa, al igual que la de miles de niños, niñas y adolescentes, se ha visto perjudicada por dos huelgas, una pandemia y un sinnúmero de pérdida de clases por diferentes actividades extracurriculares. Según expertos, el aprendizaje de las matemáticas es uno de los más golpeados.
Este joven de 16 años, a quien resguardamos su identidad, recuerda que al salir de la escuela tuvo dificultades con las divisiones, operación básica que es necesaria para las clases de Matemáticas en el colegio.
Javier considera que su aprendizaje en Matemáticas ha sido bueno y cree que le va “muy bien”. Sin embargo, este colegial ha avanzado en secundaria sin recibir completamente toda la materia que debería para su nivel.
Así lo confirmó Angie Picado Chinchilla, docente de Matemáticas de octavo y décimo año en un colegio público, quien afirma que actualmente el rezago más grande que experimentan los estudiantes de cuarto año de secundaria está relacionado con álgebra, cuyo conocimiento es elemental.
“Álgebra es la base para un montón de cosas, se utiliza mucho en la universidad, pero resulta que está para octavo año, para verse a final del año, pero no da tiempo y llegamos a noveno sin haber visto álgebra y se ve poco; entonces llegamos a décimo, van a clases de Física mate y tienen que saber resolver ecuaciones y no tienen conocimiento básico de álgebra”, detalló la docente, quien afirma, al igual que otros profesores, que priorizan temas para poder abarcar tanto como sea posible.
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No obstante, los vacíos en cada año escolar y colegial van más allá de solo un área de estudio, esto debido a que a los estudiantes no se les está impartiendo completo el programa de Matemáticas, según confirmaron docentes de secundaria y primaria a La Nación.
Leonardo Sánchez Hernández, jerarca del Ministerio de Educación Pública (MEP), y quien en su plan de trabajo definió como área prioritaria el fortalecimiento de las matemáticas, señaló las áreas con mayor rezago: resolución de problemas no rutinarios, dominio conceptual y procedimental de fracciones, proporcionalidad y unidades de medida, razonamiento algebraico y operaciones combinadas y la autoconfianza o autoeficacia matemática.
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Ricardo Poveda, subdirector de la Escuela de Matemáticas de la Universidad Nacional (UNA) y participante del proyecto que creó el nuevo programa de estudios de Matemática en Costa Rica y que está vigente desde el 2012, analizó todos esos contenidos que los estudiantes dejan de recibir, porque se pierden muchas clases debido a temas extracurriculares que provocan que a los docentes no les alcanza el tiempo.
“Un estudiante que hoy está en décimo año, por ejemplo, cuando estaba en tercer grado no trabajó el 37% de los contenidos de números, el 14% de contenidos de geometría, el 33% de los contenidos de medidas, el 22% de los contenidos de relaciones y álgebra y el 31% de los contenidos de estadística y probabilidad”, comentó.
El análisis que Poveda realiza desde el 2018, se publicó con datos de ese año y del 2019, donde evidenció cómo las huelgas de esos años impactaron el currículum de estudiantes de tercer y cuarto grado.
Recuerda que en el 2020, cuando un estudiante que hoy está en décimo año estaba en quinto grado, se aprobaron plantillas de aprendizaje y a partir de ahí dio seguimiento al análisis. Los datos que comparte de lo ocurrido entre el 2021 y el 2024 se basan en informaciones que le han brindado otros colegas quienes señalan que no les alcanza el tiempo y no pueden ver toda la materia.
Según dijo, un estudiante que está en décimo año no recibió cerca de una cuarta parte de los contenidos de relaciones y álgebra en el 2018, 2019, 2020 y 2021.
En el Programa de Estudio de Matemáticas aparece el orden en el que se deben impartir los diferentes temas, usualmente, los últimos son los que no da tiempo de dar. Antes estaban distribuidos en tres trimestres, sin embargo, ahora el curso lectivo, en el caso de secundaria, se divide en dos ciclos y temas como relaciones y álgebra, geometría y estadística y probabilidad quedan de último; algunos profesores cuentan que lo que hacen es tomar algunos contenidos para tratar de abarcar parte de la materia, no obstante, reconocen que no es suficiente.
Lo expuesto por los docentes se evidencia cuando los estudiantes inician la educación superior. En tiempos recientes las universidades públicas y privadas han alertado que los alumnos de primer ingreso están llegando a las aulas con debilidades notables en diferentes materias, entre ellas, matemáticas. En mayo del 2024, la Universidad de Costa Rica informó de que los jóvenes arrastran serias deficiencias y que los alumnos ingresan a la U con los conocimientos matemáticos correspondientes a octavo y noveno año de colegio.
El matemático Ricardo Poveda lo confirma: “En la universidad (UNA) lo veo claramente reflejado donde se atienden estudiantes de primer ingreso que vienen con conocimientos muy básicos como de octavo y noveno año. Eso es muy preocupante y se debe a una inactividad del Ministerio de Educación Pública en tomar políticas claras frente a una pandemia, porque si la educación antes venía en declive o con ciertas dificultades, la pandemia vino a echar atrás un montón de procesos que ya eran complicados y complejos”.
Los vacíos se notan incluso antes de que los jóvenes lleguen a la universidad: el ministro Sánchez agregó que más del 50% del estudiantado no alcanza el nivel mínimo de desempeño en matemáticas en PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), “lo que evidencia la necesidad de acciones sistemáticas para cerrar estas brechas”.
“Nuestra estrategia, al fortalecer los aprendizajes desde los primeros años y capacitar a docentes en metodologías efectivas, busca revertir esta situación y alinearse con los estándares de desempeño de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)”, dijo el jerarca.
La realidad en el aula
En las aulas, los docentes afirman lidiar con falta de tiempo para impartir las clases de Matemáticas, con vacíos de conocimiento en estudiantes y también con barreras como la debilidad en comprensión lectora, una combinación que vuelve cada vez más retadores la enseñanza y los procesos de aprendizaje.
Miguel González Ortega, profesor de Matemáticas para sétimo y undécimo año del Liceo Regional de Flores, una institución pública en Heredia, comentó que el curso lectivo se divide en dos periodos y que en el segundo es cuando hay mayor pérdida de lecciones debido a efemérides, feriados, diferentes actividades que se deben realizar con los estudiantes, el periodo de exámenes, la aplicación de las Pruebas Nacionales Estandarizadas y actividades sindicales que toman días completos.
“En cuanto a lo matemático, (en los alumnos de sétimo año), se encuentra la parte operatoria con números: viene más débil en comparación con años anteriores, antes tenían más bases. He comentado con otros docentes, siento que la educación primaria ha venido a menos”, lamentó el docente que cuenta con 26 años de experiencia.
En los estudiantes de quinto año, señala, hay muchas debilidades con respecto a las matemáticas y ahora los profesores se desgastan mucho negociando para que quieran trabajar en clase.
“Normalmente las universidades esperan que los muchachos tengan conocimiento de álgebra y funciones, tenemos problema con que el tema de funciones en décimo porque se ve casi al final, pero literalmente tenemos que correr para por lo menos verlo, apenas mencionado, y el siguiente año correr para abarcar el temario (...)”, explicó.
En su opinión, actualmente los profesores tienen más roles de cuidadores que de docentes.
Berny Salas Solano, profesor de Matemáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) y profesor en un colegio subvencionado, comentó que la conjunción de “muchas cosas” impide que se imparta el programa completo en los salones de clase.
“Creo que pesa mucho que los docentes dicen que tienen que ver tal tema en sétimo, tal en octavo y en noveno y muchas veces vuelve a dar todo, cuando lo que se supone es que sea una espiral (...).
“Al no manejar esa visión muchos docentes lo que hacen es repetir, vuelven a dar eso en octavo, más lo nuevo que está en octavo, entonces humanamente no les va a dar tiempo”, dijo.
El matemático, quien también trabaja en investigación, informó de que en el 2023 y 2024, como medida “para no perder ningún tema”, el MEP propuso priorizar habilidades dentro de cada una de las áreas de estudio. Cree que eso fue lo que se estuvo aplicando en colegios públicos, al menos, hasta el año anterior. Esto significa que si, por ejemplo, en el área de estadística eran 12 habilidades, el MEP seleccionaba las más importantes para trabajar solo con esas.
En relación con primaria, José Antonio Zuñiga Loría, maestro de quinto grado en la Escuela Central San Sebastián, comentó que tras la pandemia se nota un rezago mayor en los estudiantes, quienes por mucho tiempo no contaron con intervención docente.
A la debilidad detectada le añade que no todos los docentes fueron capacitados en el nuevo programa de estudio, problemas de lectoescritura de los alumnos, poco compromiso por parte de padres y madres y pérdida de clases debido a actividades extracurriculares.
Al igual que sus colegas, Zúñiga, quien cuenta con 15 años de experiencia, confirma que no es posible impartir el programa de estudio completo.
“El año pasado, en mi caso, dejé cuatro aprendizajes sin ver por tema de tiempo, hay muchas actividades extracurriculares y carga laboral (...)”, comentó el docente, quien agregó que el tema de estadística siempre queda de último y se va dejando atrás.
“Ahorita vamos en agosto y ya vamos en rezago. Tengo que ver por fuerza cuerpos sólidos y medidas y relaciones y álgebra”, agregó.
El programa vigente del MEP está enfocado en la resolución de problemas, sin embargo, este profesor cuenta que hay colegas que presentan resistencia y siguen trabajando con metodologías antiguas y no colocan a los alumnos en el contexto de su diario vivir. Señala que “no los juzga”, pero que reconoce que muchas veces lo hacen por la falta de tiempo.
¿Qué va a hacer el MEP?
Tras consultas de La Nación, Leonardo Sánchez afirmó que el MEP trabajará una estrategia integral que se sitúa en la educación preescolar y primaria, “donde se construyen las habilidades numéricas esenciales y las disposiciones hacia el pensamiento lógico-matemático”.
En cuanto a secundaria, dice que se han elaborado indicadores de aprendizaje por año escolar para establecer prioridades pedagógicas y asegurar que se cubran las competencias fundamentales.
Asimismo, comentó, trabajarán en una estrategia para que los docentes logren abarcar el programa completo y no queden vacíos en los estudiantes.
Aseguró que el Ministerio de Educación Pública ha iniciado un proceso nacional de revisión curricular tanto en primaria como en secundaria, así como para la Educación de Personas Jóvenes y Adultas.
“Esta revisión implica un diagnóstico profundo del programa de estudios vigente, con la participación de docentes universitarios, asesores regionales y profesores en servicio. La finalidad es transitar de una cobertura extensa de contenidos a una enseñanza más estratégica y significativa, donde se privilegien los aprendizajes esenciales y se eviten los vacíos que históricamente han dejado los programas sobrecargados”.
Los docentes afirman que el programa vigente es bueno.
Sánchez añadió que se están elaborando orientaciones y recursos que desglosan los indicadores de evaluación por nivel y asignatura, guías con situaciones problema y estrategias de mediación y que se trabaja en la regulación de la carga académica para que los docentes cuenten con el tiempo necesario “para profundizar en los temas clave”.