Hay un tipo de cine que no está de moda y que, sin embargo, a mí me sigue resultando muy atractivo: el cine político, o fuertemente politizado, que proyecta una idea de sociedad, que la impugna o la propone, la denuncia o la destaca sobre otras miradas ideológicas. Tal vez porque en otra época en la que este cine no estaba de moda (a mediados de los 80) yo miraba con fascinación las películas de Costa-Gavras o de Gillo Pontecorvo y lamentaba no haber vivido los años 60 y verlas en su estreno...