Los ángeles de la guarda del fútbol
«Recuerdo poco del accidente. Me desperté en un hospital sin saber qué había pasado. Sí recuerdo que en la jugada anterior al golpe estaba mi hija pequeña al lado en la valla cuando iba a sacar de un balón. Mis compañeros me explicaron que yo quería levantarme y seguir jugando, pero no recuerdo nada», asegura Alex Aparicio a ABC. Aquel 10 de septiembre de 2016, la tensión y los nervios invadieron Castañares. Roberto Puente, delantero del Atlético Astorga, fue el primero en darse cuanta de la gravedad del choque del portero contra uno de sus defensas. En cuestión segundos dio la voz de alarma. «Esa tarde se dieron un cúmulo de circunstancias. Nuestros auxiliares se quedaron bloqueados y no había asistencia sanitaria. Habitualmente no suele haber presencia policial, pero en aquel partido, afortunadamente, sí había una pareja de policías nacionales. Fueron fundamentales para que esta historia tuviera un final feliz y este domingo Alex pudiera tener su homenaje», recuerda a este periódico Javier Llorente, el delegado del Burgos Promesas. Un acto en el que no pudo estar presente Marco, uno de los ángeles de la guarda del portero, por motivos familiares. «La formación es fundamental en este tipo de situaciones. Aquella desgraciada jugada nos llevó a implicarnos aún más en ese aspecto. Los ángeles de la guarda no están en todos los campos», añade el representante del conjunto burgalés, exárbitro en los campos de Castilla y León.
Una rápida actuación
Patrulleros habituales en las calles de Burgos, Marco Mora y Hugo Tranche prestaban servicio de vigilancia en aquel partido de 2016. Los dos agentes, junto a Paco Valdueza, el fisioterapeuta visitante, atendieron inmediatamente a Alex Aparicio, evitando que se tragara la lengua. La cánula de Guedel que llevaba el auxiliar del Astorga en su botiquín resultó fundamental para que volviera a respirar. Ante la falta de un collarín, los policías inmovilizaron con toallas el cuello del portero, al que mantuvieron de lado para evitar complicaciones hasta la llegada de una ambulancia. Tardó 45 minutos que resultaron interminables para todos los presentes.
«Marco estuvo varios años en el 112 y está muy formado para actuar en situaciones de colapsos y asfixias, estaba habituado a utilizar cánulas», recuerda su compañero a ABC. «Los tres o cuatro minutos en los que Alex permaneció inconsciente fueron angustiosos, pero aquel día nació una bonita amistad entre los tres. Ahora Solemos vernos con Alex y con su familia como mucho cada dos semanas», añade el agente de la Policía Nacional. «En cuanto podemos, quedamos. Estas Navidades me dieron unos buenos embutidos de León y yo a ellos un buen vino de la Ribera», confirma el guardameta.
Alex Aparicio, un veterano del fútbol que acumula ya veinte temporadas en clubes de Segunda B y Tercera división, vuelve a confirmar la teoría de que los porteros están hechos de otra pasta. «En el hospital, lo primero que le dije al médico es si podía jugar el próximo fin de semana», afirma en su conversación con este periódico. Evidentemente, no pudo hacerlo y las secuelas de aquel brutal golpe le han acompañado hasta este temporada. «Tuve que jugar con un casco, pero este año ya me lo he quitado, a pesar del susto sigo disfrutando del fútbol como el primer día».
El pasado domingo, coincidiendo con una nueva visita del Atlético Astorga a Castañares, los capitanes del conjunto de El Bierzo quisieron rendir un homenaje a Alex Aparicio y a través de la presidenta del club, Sagrario González, comenzó a moverse todo. La presencia de los dos ángeles de la guarda que visten de uniforme. «Se intentó que el homenaje fuera el pasado año, pero yo no pudo por un motivo familiar grave. El domingo fue Marco el que no pudo acudir», afirma el agente Hugo. Sin embargo, no estuvo solo porque contó con la compañía del comisario provincial, Jesús Nogales, del inspector jefe, D. Martín, y de otros dos compañeros. El Atlético Astorga también quiso rendir un pequeño homenaje al Cuerpo Nacional de Policía y regaló dos camisetas conmemorativas de su 50 aniversario a los agentes que salvaron la vida del portero. «Les estaré agradecido de por vida. También a Roberto Puente, al fisio del Astorga y a todos los que ayudaron a que yo hoy pueda estar aquí», concluye Alex Aparicio.