Dinamarca vive una pesadilla
Hasta entonces había tratado de cumplir el guión inicial. Los hombres de Hjulmand iniciaron el partido avasallando a la débil Finlandia. Había muchas caras conocidas en La Liga en el combinado danés con Daniel Wass (Valencia), Martin Braithwaite (Barcelona) o, ya a nivel internacional, los Schmeichel, Kjaer, Christentensen o el propio Erkisen. Claro favoritismo de los daneses, que suelen competir muy bien en este tipo de torneos y sin olvidar que solo han perdido dos encuentros de los últimos 45 disputados.
Empezó metiendo dos balones al área de Finlandia. Un espejismo. Solo tardó seis minutos en tener la primera oportunidad Dinamarca con un centro al primer palo de Eriksen, que cayó en Hradecky y cedió a Braithwaite, que chutó de manera defectuosa a la media vuelta y en posición muy escorada. Un minuto después la ocasión fue para Eriksen desde la frontal, que se encontraron con los felinos reflejos de Hraadecky, que pudo despejar a córner. Desconocido Braithwaite, con poco protagonismo en el Barcelona y luciendo una gran movilidad en el ataque danés. Finlandia le vio las orejas al lobo y se cerró dentro de su área. Wind, a los 12 minutos tuvo otra ocasión al rematar fuera de cabeza desde dentro del área y al cuarto de hora volvió a aparecer Hradecky para desbaratar otro cabezazo Hojbjerg. Quince minutos disputados y el mejor del partido estaba siendo el porterofinlandés. Eriksen, Delaney y Braithwaite volvieron a disponer de nuevas oportunidades pero el marcador no se movía. Hasta que llegó el drama, el desmayo de Eriksen y la suspensión momentánea del encuentro.
La reanudación fue un calco de la primera parte. La tela de araña deseñada por Markku Kanerva estaba dando resultado y a Dinamarca le entraban las prisas, lo que se tradujeron en decisiones precipitadas, errores en el pase y escasos remates. Finlandia no pasaba del centro de su campo y la presión danesa era asfixiante pero sin premio. Pero estaba escrito que no era el día de Dinamarca y Pohjanpalo confirmó la pesadilla con un gol en el único disparo a portería de todo el partido. Magnífico centro a la cabeza del delantero, que impactó tan fuerte y cerca de Schmeichel que, aunque el balón iba bastante centrado, no pudo despejarlo. Respeto total de Pohjanpalo, que frenó en seco su celebración consciente de que el agónico triunfo digno de reseña era el de Eriksen desde el hospital.