Croacia bebe del talento interminable de Modric

Una segunda de grupo, España, contra otra segunda de grupo, Croacia, un partido muy atractivo el del lunes por la tarde en Copehague con dos equipos a los que se les presupone buen gusto porque son países de talentos. Después de los malos ratos ante Suecia y Polonia, la selección se desmelenó ante Eslovaquia y a partir de esa goleada se ven las cosas de otro modo, si bien ya nadie se atreve a conceder ese favoritismo a la selección que reclamaba Luis Enrique antes de que el torneo empezara.


Pensar en Croacia es pensar en Modric, al que le dura la magia con 36 años después de una temporada asfixiante con el Real Madrid y que fue decisivo el martes ante Escocia. Los balcánicos, aunque ya no cuentan con referencias como Rakitic o Mandzukic, son los actuales subcampeones del mundo y viven de la pizarra de Zlatko Dalic, entrenador que llevó al equipo al Mundial de 2018 y ahí maravilló alcanzando la final.


A Modric le acompañan jugadores expertos como Perisic, Lovren, Vida o Kovacic, un equipo que no renuncia al ataque y que se ha medido ya últimamente con España. En la Eurocopa 2016, en el último encuentro de la fase de grupos, el equipo de Del Bosque perdió en el tramo final y también coincidieron ambos conjuntos en la primera edición de la Liga de las Naciones. Goleó España en Elche, pero perdió en Zagreb.


«Va a ser difícil, nos conocemos muy bien», resumió Luis Enrique, que no quiere pensar en quién sería el rival en cuartos. «Han perdido algunos jugadores importantes, pero sigue el eterno Modric guerreando y tienen otros futbolistas de nivel. Será complicado, seguro».