La cláusula de recompra obligatoria por Griezmann, en entredicho

Mucho se ha hablado sobre las condiciones que han pactado Barcelona y Atlético de Madrid en el acuerdo para que Griezmann acabe regresando al Wanda Metropolitano. El escueto comunicado del club catalán simplemente especificaba que se trataba de una cesión por dos años con una opción de compra obligatoria por parte del club colchonero. Es decir, una forma encubierta de diferir el traspaso a dentro de dos temporadas, lo que generará beneficios al Barcelona porque en el último año del francés solo quedarán 25 millones pendientes de amortización, mientas que el Atlético abonará 40. Es decir, quince millones de plusvalía. No obstante, según ha podido saber este diario ha podido constatar que esta cláusula de compra obligatoria no es tal, ya que está supeditada a una serie de variables que en condiciones normales se deberían cumplir pero que podrían dar al traste con el traspaso definitivo.


Para empezar la cesión de dos años al Atlético de Madrid es de dos años pero por la fórmula de uno más uno, que lo que a partir de la temporada 2022-23, Griezmann podría regresar al club catalán. Todo dependerá de los partidos que dispute el francés, al igual que en la siguiente temporada, en la que su participación será la que determine la validez de esa cláusula de compra. Es decir, que si el delantero galo no juega el mínimo de partidos pactado, el Atlético de Madrid quedaría liberado de la ejecución de la cláusula y, por tanto, Griezmann regresaría al Camp Nou para disputar su último año de contrato con la entidad azulgrana. Hay más cláusulas que no se han explicado. Una de las más llamativas es que el Atlético de Madrid no tiene que esperar a que expire la cesión para hacer efectivo el traspaso, sino que puede hacerlo cuando quiera. Esto tendría sentido para los colchoneros si algún club estuviera interesado en ficharlo ofreciendo una cantidad astronómica por él.


De todas formas, desde el club aseguran que este tipo de cláusulas son habituales en este tipo de contratos tan complejos y que la intención de Barcelona y de Atlético es que se pueda llevar a buen término. Además, la voluntad del jugador era regresar al club madrileño y en ningún caso se replantea regresar al Barcelona, donde no ha tenido una experiencia positiva y ha recibido muchas más críticas que elogios. Hay que tener en cuenta que el precio que pagó el Barcelona (120 millones de euros más otros 15 para evitar una hipotética denuncia) y que el jugador diera calabazas un año antes a la propuesta culé, ha sido una pesada mochila que ha incidido en su rendimiento y en la relación con la grada. En cualquier caso, desde las oficinas de Arístides Maillol se ha celebrado un acuerdo que permite al club aligerar la masa salarial y ahorrarse la ficha de 35 millones anuales que percibía el francés.