Messi se estrena en la gran noche del PSG
Hasta ahora, la vida del argentino con su nueva camiseta había sido
tranquila. Ocho de ocho para los galos en el torneo doméstico y un solo tropiezo, con el empate cosechado en Brujas. Aquello, visto casi como una anécdota, desembocaba en la necesidad de ganar al City en casa. Un reto mayúsculo que se le había atragantado ya la temporada pasada.
Comenzó mejor el equipo galo, impulsado por la grada y el brío de Mbappé. En sus pies nació la jugada del primer gol, con un desborde eléctrico del delantero cuyo pase desperdició Neymar. Su pifia dejó el balón en los pies de Gueye, que lo golpeó con violencia a la escuadra (1-0, min. 8).
El tanto animó al equipo inglés, que dominó tanto el encuentro que hasta Messi se aburrió. Nunca había estado tanto el argentino sin tocar la pelota en el Barcelona. Un nuevo ecosistema al que debe acostumbrarse, pues el PSG lejos de la Ligue 1 va a vivir más lejos que cerca de la pelota.
Aun así, no sufría el equipo de Pochettino, bien plantado atrás y sin apenas problemas. Los solventaba bien Donnarumma, el elegido para la portería en la Champions. Suya fue la única intervención de mérito de la primera mitad en la portería, con un despeje magnífico tras cabezazo de Sterling. Parada que dejó el balón a los pies de Bernardo Silva, cuyo remate no encontró premio cuando ya se cantaba el empate.
Era un monólogo el encuentro, con chispazos aislados de Mbappé para el PSG. El enfado del delantero durante el fin de semana –le cazaron criticando a Neymar por no pasarle el balón– no le afectó, pues volvió a ser el mejor de los tres de arriba. Suyo fue el taconazo que dejó en bandeja el gol a Messi, el primero con un equipo que no es el Barcelona (2-0, min. 74). Tanto histórico que certificó el triunfo galo y que confirma que el nuevo experimento del PSG va esta vez en serio.