Ja Morant, la estrella de la NBA forjada en la América vaciada
Cientos de hectáreas de campos de cultivo, un par de gasolineras, una oficina de correos y un restaurante de pollo frito conforman el paisaje en el que se crio el joven Morant, último descendiente de una familia de deportistas natos. Tanto su abuelo como su tío hicieron sus pinitos en la liga profesional de béisbol (MLB), mientras que su padre, Jee, llegó a jugar al baloncesto en la universidad. Su madre, Jamie, también sintió desde muy joven la atracción de la canasta. En ese ambiente, silvestre y deportista, comenzó su camino hasta la cima Ja. Su progenitor, desde muy joven, le organizaba circuitos en el patio trasero de la casa familiar, con neumáticos usados de tractor y utensilios destinados al campo.
Este chico es un espectáculo pic.twitter.com/r0237x8TnL
— NBA Spain (@NBAspain) November 2, 2021
Prodigio en los institutos de la zona y con el paso de los años, ya con la mayoría de edad al acecho, Morant vio como muchos de sus compañeros de equipo recibían becas para las mejores universidades del país, paso intermedio para dar el posterior salto a la NBA. Jugar en una institución de renombre, como Duke, UCLA o North Carolina, facilita mucho las cosas, con ojeadores en sus gradas todos los fines de semana. Sin embargo, en la nada se crio y en la nada se hizo hombre. Tras no conseguir enrolarse en un gran proyecto universitario, el base se unió a Murray State, una universidad pequeña del estado de Kentucky. Pese a todo y con un despliegue de baloncesto de gran calibre, consiguió llevar a los suyos hasta la fase final de la liga, donde cayeron en segunda ronda.
No pasó desapercibido su talento y fue elegido hace tres años como número dos del draft por los Grizzlies, que tras las salidas de Marc Gasol y Mike Conley, sus dos estandartes, buscaban una joven estrella a la que entregarle las llaves de la ciudad. El tiempo les ha dado la razón y el jugador vuela hacia el estrellato mientras el equipo sigue su estela.