De repartir comida a domicilio a llamar a las puertas de su selección

En un deporte como el fútbol, transversal a cualquier estrato social, es común conocer historias tan poco corrientes como la del joven Omar Campos, una de las sensaciones del campeonato mexicano cuyo nombre empieza a sonar con fuerza para las grandes ligas europeas. Pero mucho antes de deslumbrar a su país, el nacido en Ciudad de México comenzó a despuntar muy pronto en las calles de Cuauhtémoc, el barrio de la capital donde creció. Tal era su talento que el Santos Laguna, el club de Primera división en el que hoy es titular indiscutible con solo 19 años, le reclutó para su cantera para intentar cumplir su sueño, que no era otro que ser futbolista profesional para mejorar las condiciones de vida de su familia.


Pero su adaptación en el club de Torreón, en el noreste del país centroamericano, fue complicada. Tenía únicamente 13 años y añoraba a sus padres, a sus amigos, a su vida pretérita. Intentó volver a su hogar en varias ocasiones, pero su padre se lo impidió rotundamente. «Me hablaba llorando que quería regresar, pero siempre le dije que se quedara aunque por dentro quería que estuviera con nosotros», comentó recientemente su progenitor en el portal web 'Mediotiempo'.


De familia humilde, su padre, que aparte del apellido comparte el nombre de pila con su retoño, conduce un Uber en la capital mexicana. Por tanto, antes de debutar en la élite, cuando el futbolista regresaba de vacaciones, o en la etapa más dura de la pandemia, le ayudaba a repartir comida a domicilio. «Cuando venía a Ciudad de México, yo

lo ponía trabajar conmigo de repartidor de comida para que viera que la vida no es fácil y se iba conmigo al Uber a repartir comida. Ya ahorita no me ayuda porque no vaya a pasar algo, pero cuando estaba la pandemia fuerte, me iba a trabajar y se iba conmigo, para que viera el esfuerzo que hace uno», reconoció Omar.


Tras unos años de adaptación, el lateral zurdo empezó a demostrar su potencial en los equipos juveniles del equipo verdiblanco e, inevitablemente, en enero de 2021 ante Cruz Azul llegó su oportunidad en el primer equipo. Desde entonces, el adolescente, que curiosamente porta el dorsal 190 en su camiseta, es el dueño de la banda izquierda de Santos Laguna, un equipo que actualmente ocupa la quinta posición del torneo apertura mexicano.


Su nivel es tan alto que tanto la prensa mexicana como un amplio sector de la afición del 'Tri' pidió públicamente la convocatoria del joven lateral para los partidos de la selección de noviembre ante Estados Unidos y Canadá correspondientes a la clasificación para el Mundial. Asimismo, el combinado entrenado por Gerardo el 'Tata' Martino perdió ambos encuentros y complica su camino hacia Catar 2022.


Mientras que los pilares que sustentaron a la selección tricolor se hacen mayores, la masa social mexicana exige un cambio generacional, una inyección de sangre fresca que puede comenzar con jugadores prometedores de la talla de Omar Campos.