Lo primero que hizo Xabi Alonso (Tolosa -Guipúzcoa-, 40 años) nada más cesar como futbolista profesional fue regalarse una moto. No el típico monstruo de tropecientos mil caballos, sino un capricho, una BMW R100 con un toque mitad vintage mitad urbanita que el exjugador del Real Madrid, Real Sociedad, Liverpool y Bayern Múnich ha retocado a su gusto. Modificó casi todo: suspensiones, manillar, espejos, frenos delanteros, ruedas... Un antojo. Una distinción de sibarita . Han pasado cinco años desde ese gesto que suponía una liberación del estrés, según sus palabras, y el protagonista ha vuelto a la primera línea de acción. Ejerce como entrenador. De las categorías inferiores de la Real Sociedad y del Real Madrid ha saltado al Bayer Leverkusen. Nivel Champions. Alonso estará mañana (21.00 h) en el banquillo del Metropolitano para medirse al Atlético. Xabi Alonso nunca se ha parecido a su padre, Periko Alonso, aquel centrocampista batallador de los ochenta que ganó dos ligas con la Real Sociedad de Arconada, Zamora y Satrústegui y que luego fichó por el Barcelona. Como futbolista ha gozado de un reputación impresionante, tanto en el Real Madrid como en la selección, por su técnica, visión de juego y personalidad en el campo. A veces sobrevalorado en exceso por su elegancia, nunca llegó al nivel de Iniesta o Xavi y en su repertorio faltan goles (43 en 17 temporadas). Noticias Relacionadas estandar No Fútbol La criticada expulsión de Baena, ajustada al reglamento Martínez Montoro estandar No Betis 1-2 Atlético de Madrid Griezmann transforma la nada en victoria José Miguélez «La moda y el arte son mis aficiones», aseguró en una campaña promocional el futbolista guipuzcoano. Se desmarcaba con estas observaciones del manual que suele acompañar a muchos de sus excompañeros, más proclives a la play, las discotecas de moda y los coches caros. «A los futbolistas nos miran siempre con lupa. El que dice obviedades, es un zoquete . Y el que dice lo que piensa, es un chulo y un cretino. Es complicado acertar», apuntó en una entrevista a la revista Líbero. Amante de la pesca y de las letras de un cantante alternativo como Quique González, Xabi Alonso tenía en su casa una copia del cuadro de Salvador Dalí 'Muchacha en la ventana' que le recordaba a su madre. En muchas cuestiones parece diferente el ahora entrenador del Leverkusen. En vez de recurrir a una vivienda en el búnker inexpugnable de La Finca o en el presunto glamour de La Moraleja, vivía hasta hace nada en una mansión en la colonia de El Viso, barrio de millonarios en el centro de Madrid a escasos kilómetros del Santiago Bernabéu. Prosa o 'catenaccio' El jugador al que el Real Madrid presenta en su web como ejemplo de clase y elegancia ha decidido ser entrenador. Y la pregunta surge de inmediato: ¿ante qué tipo de técnico estamos? Prosa y estilo o bronca y catenaccio. Juego especulativo o dominante . Mourinho o Guardiola. El vasco ha coincidido con ambos. Tres años con el portugués en el Real Madrid (2011, 12 y 13) en plena convulsión del vestuario. Xabi Alonso era uno de los soldados de Mourinho junto a Arbeloa, Diego López, Granero o Callejón, defensor de sus teorías frente al otro sector que encabezaban Íker Casillas y Sergio Ramos. Y estuvo dos cursos con Pep Guardiola en el Bayern Múnich (2015 y 2016). Dominio total de la Bundesliga con el juego posicional y al pie del 'guardiolismo' sin Champions que llevarse a la boca. Alonso, buen estratega también desde el punto de vista comunicativo, afirma sentirse cómodo con ambas vertientes del pensamiento futbolístico. «En lo que a mí me interesa, que es el fútbol, ambos se parecen», dijo a Líbero. «Nueva energía» Su primer mensaje al ser nombrado entrenador del Bayer Leverkusen el pasado 5 de octubre fue concluyente: «Necesitamos una gran mentalidad ganadora. Necesitamos una nueva energía, creer que podemos jugar buen fútbol y dominar». Y ofreció más detalles sobre el estilo que aportará a sus equipos: « Queremos jugar de forma intensa, con el balón o sin él. Queremos ser activos y tener una buena mentalidad ganadora». La formación germana no llega en un buen momento al Metropolitano, exWanda. Roza el descenso en la Bundesliga (decimoquinto, con nueve puntos en once jornadas) y la eliminación en la Champions League. Ha ganado un partido y ha perdido tres, y con tres puntos estará eliminado si pierde ante la tropa de Simeone , que igualmente se la juega en un partido a todo o nada. Con dos victorias en los dos últimos choques, el Atlético estará clasificado para octavos.
