Sonríe Rafael Nadal ante la cámara y tras ellas. Cómplice con Paula Badosa en la presentación de la United Cup, torneo de nuevo cuño con el que el planeta tenis prepara 2023. Son ya 22 años, con alguna excepción, sin uvas en casa para Nadal. No hay tiempo, el Abierto de Australia comienza el 16 de enero y hay que preparar los propósitos: salud, ser competitivo, ser mejor que ayer. La combinación perfecta para luchar por los títulos que hagan crecer todavía más su excelso currículo (92). Son 36 años, pero la ilusión no envejece. Por eso afronta 2023 con otra cara en su siempre milimetrado plan de ataque. Tras la salida de Francis Roig, embarcado en nuevos proyectos, incorporó en su equipo a Gustavo Marcaccio, a quien conocía por su labor con Juan Mónaco y como profesor de la Academia desde junio de 2021. El argentino guio a Jaume Munar y asciende de categoría al hacer equipo con Carlos Moyà y a Marc López. Pequeños cambios para que nada cambie; el objetivo es fijo: los Grand Slams. En la mochila de 2022, muchas experiencias que servirán sin duda para este curso: como ganar en Australia por segunda vez en su carrera y después de seis meses de parón, y con remontada en la final ante Medvedev incluida. Un mordisco increíble que, además, sirvió para desempatar con Roger Federer y liderar la lista de los mejores con 22 Grand Slams. Noticia Relacionada Tenis / UNITED CUP estandar No Nadal está de vuelta: cuándo y dónde juega Rafa en Australia Iván Martín El balear, tras su descanso, participará en el primer torneo de la temporada, un nuevo torneo mixto previo al primer Grand Slam Le preguntan con insistencia si ve próximo su adiós, sobre todo tras la despedida de Federer en septiembre. Pero Nadal responde en la pista, y con contundencia. En 2022, cuerda e ilusión inagotables, una vez más. Además de Australia, ganó en Melbourne y en Acapulco en uno de los mejores inicios de su carrera: 21 victorias consecutivas. Corroboró su fortaleza en París, a pesar de las sesiones nocturnas y un Novak Djokovic con ganas de vengarse y desterrarlo. Triunfo inapelable en la noche sobre el serbio en cuartos y mordisco número 14 en la Philippe Chatrier. Y confirmó en Wimbledon que los 36 son solo un número. Impecable en su camino hacia semifinales tantos años después de saltarse la hierba por una causa o por otra. Que siempre es la misma: las lesiones. Volvió a sufrirlas en 2022. La recurrente, el pie; y las nuevas, costilla rota en Indian Wells y rotura en el abdominal desde Wimbledon hasta final de año. Pero este es otro Nadal, el de la versión 23. La que construye estos días de seriedad en la pista y algo más de distensión fuera de ella en este torneo por equipos y mixto en el que tiene como capitán a su entrenador Marc López y como compañeros a Badosa, Pablo Carreño, Nuria Párrizas, Jessica Bouzas, Albert Ramos y David Vega. Se suman puntos y, además, horas de rodaje. España debuta ante Gran Bretaña en una doble jornada: dos partidos individuales mañana 31 de diciembre, otros dos y un dobles mixto el 1 de enero. El estreno del balear es mañana (RTVE, sobre las 5.30 horas en España) contra Cameron Norrie, 14 del mundo. A partir de aquí, calibrar dónde está, dónde puede llegar y cómo. Nadal empieza a construir su versión 2023. Será esta su primera incursión en el calendario del nuevo año. En rojo, como siempre, marcados los Grand Slams. Ese Abierto de Australia que podría conseguir por tercera vez y al que se añade esta vez Novak Djokovic, un año después de aquel esperpéntico espectáculo de su deportación al no tener la vacunación completa contra el coronavirus. El serbio, campeón en Melbourne en nueve ocasiones, va con ganas y ligero de equipaje tras un 2022 en el que apenas pudo competir por las restricciones. No se juntará con Nadal en esta United Cup, pues Serbia no está clasificada. A partir de ahí, como un objetivo casi vital, Nadal tiene esa hazaña inclasificable que podría ser su decimoquinto Roland Garros. Pequeña se queda la estatua que ilumina el recinto para todo lo que ha conquistado en París. Porque no es solo el qué, sino también el cómo, a quién, contra quiénes. Todo. Pero Nadal va siempre paso a paso, así que es precipitado elucubrar lo que vendrá más allá de esta United Cup. Es dos del mundo, a solo un pasito de alcanzar el trono que defiende Carlos Alcaraz por primera vez. No busca ese número 1 como meta principal, pero tampoco está de más volver a ser el rey de la ATP después de dos años sin serlo en la clasificación. Es verdad que defiende muchos puntos en este inicio del curso, pero es Nadal. Versión 2023 en camino.