El Girona puede con los tres goles de Morata (4-3) y cierra una primera vuelta inolvidable
El Girona no puede estar autorreafirmándose (o no lo podemos estar afirmando) cada jornada, así que, pasada la primera vuelta, que ha terminado con los mismos puntos que el Real Madrid (48, muchísimos) y después de derrotar al Atlético de Madrid, puede ser un momento ideal para decir por última vez: sí, el Girona va en serio. No hace falta repetirlo más. El conjunto de Míchel es un candidato a todo en este campeonato porque sus resultados, fruto de su fútbol, así lo dicen, porque tiene futbolistas capacitados y además convencidos de lo que hacen y porque cuando enfrente ha tenido a rivales importantes no ha temblado. El Atlético fue uno de ellos, un Atlético incansable en Montilivi que encajó con entereza los golpes del Girona para no desaparecer nunca del encuentro y tener incluso la sensación de que iba a ganar. Pero una genialidad de Iván Martín en el descuento cambió ese destino y anuló la reacción rojiblanca y el partidazo de Morata.
Empezó con todo el conjunto de Míchel: a los 30 segundos ya se coló Yan Couto por la banda derecha y Dovbyk falló una ocasión clarísima. Al minuto y 45 segundos, Valery no perdonó y llevó la pelota a la red. Un arranque demoledor al que contestó el Atlético con furia, lanzándose hacia arriba y sin tardar en encontrar el empate en una arrancada de Morata. Antes ya habían tenido sus opciones Hermoso y Riquelme. A partir de ahí, el conjunto catalán recuperó el control. Es admirable cómo juega sin rifar una pelota, la facilidad que tiene para encontrar a futbolistas libres y la valentía de jóvenes como Pablo Torre para arriesgar con un control girando en el centro del campo.
Savio era una pesadilla por la banda (esta vez la derecha, después en la izquierda se perdió) y le hizo pasar un mal rato a Lino y a Hermosos. Intenta un regate, dos, tres... Pero el segundo tanto llegó por el otro lado, en un robo de Iván Martín a Koke al borde del área que Savio terminó remachando. Justo después sucedió lo mismo en el área contraria con Blind y Griezmann, pero la ocasión la paró Gazzaniga. La sensación general era que el dominio lo tenía el Girona. Por ponerle un pero: la forma de jugar que tiene a veces invita a la locura y concede demasiado atrás. Encontró el tercero, de Blind, en un córner, pero el Atlético, y Morata no habían dicho su última palabra en este ida y vuelta. El delantero rojiblanco repitió gol, esta vez tras un gran regate a Eric y con el recurso de la puntera para finalizar. Todavía marcó un tercero antes del intermedio, anulado por posición ilegal. El Atlético tuvo menos momentos en los que se sintió al mando, pero los aprovechó...
... Y volvió poderoso del vestuario, ya con Nahuel como lateral derecho. Morata, Griezmann y Llorente rozaron el empate, frenados por Gazzaniga con tres paradas. Atosigaba el conjunto madrileño que culminó su cuarto de hora fantástico con el empate, con el tercer gol de Morata, otra vez asistido por De Paul, que en conducción fue superando líneas hasta ver el pasillo para el pase.
La igualada dio paso a un partido más equilibrado. El Atlético había conseguido desordenar al Girona, que ya no encontraba con claridad la manera de salir con el balón jugado. Se movió el encuentro a tirones desde ahí, pero esta vez las sensaciones estaban más del lado de los rojiblancos. Con centros laterales y pese a que faltó el mejor Griezmann, el viento soplaba a favor de los del Cholo, pero al final Iván Martín se coló en el área y se inventó un remate elevado a la escuadra. Pura magia.