He perdido la cuenta de la cantidad de señores de mediana edad, con poder y prestigio, que se quejan en medios y redes sociales de que su libertad de expresión y acción, especialmente en lo referente a su trato con las mujeres, está siendo limitada, coartada, cuestionada y hasta suprimida. El "ya no se puede decir nada" es un lema viral. Un runrún que hermana a hombres de toda condición y profesión, un llanto generacional de los nacidos antes y durante la Transición. Un suplicio para el resto de la población. Читать дальше...