Los eclipses solares que vienen: “España será casi el único lugar para ver el de 2026 y eso es un reto logístico”
Entre los tesoros de la Biblioteca del Real Observatorio de Madrid descansan dibujos del eclipse solar de 1860, que permitió probar que la corona solar pertenecía al Sol y no era algo propio de la Luna. Hoy, 164 años después, Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional-IGN, coordina una nueva era dorada: la tripleta de eclipses que convertirá a España en epicentro astronómico mundial entre 2026 y 2028.
Ya en el siglo XIX, España era destino de turismo de Sol. Literalmente. “Un turismo científico” que no tenía nada que ver con los apartamentos de playa. La fortuna quiso que nuestro país se convirtiera en el mejor lugar para divisar un trío de eclipse solares que ahora se van a repetir, más de un siglo después.
“Los eclipses son fenómenos muy raros“, precisa el astrónomo. ”Si uno se queda en un punto dado de la geografía del planeta, sólo puede ver un eclipse total cada tres o cuatro siglos. En cambio, en España durante los últimos tiempos hemos tenido mucha suerte, nos están tratando muy bien”. Lo cual tiene un reverso menos positivo.
A un año del gran eclipse solar en España de 2026
Tendremos un eclipse solar total el 12 de agosto de 2026, otro el 2 de agosto de 2027 y uno anular el 26 de enero de 2028. Pero el primero será único: “Prácticamente España es el único lugar poblado del mundo desde donde se va a poder observar“. Prevé la llegada de mucha gente. Sobre todo “a la España rural”. ¿Estamos preparados?
Bachiller es el responsable de la Comisión Nacional de los Eclipses. Supone un desafío logístico sin precedentes: ”Alertamos a las autoridades sobre problemas de movilidad: cómo llegarán los astroturistas a la franja y cómo se desplazarán dentro de ella. Es en pleno verano, además, con alto riesgo de incendios”.
A lo largo de la tarde, la franja de totalidad del eclipse de 2026 cruzará la península desde Galicia hasta Baleares, según aparece en el recientemente publicado mapa de eclipses del IGN. El Gobierno de España aprobó el pasado martes un real decreto que implica a 13 ministerios, comunidades autónomas y municipios.
Seguridad ocular ante los eclipses en España: la batalla contra mitos y bulos
Como cabeza de la Comisión Nacional de Eclipses 2026-2028, Bachiller enfatiza un peligro tangible: “Lo que más me preocupa es la seguridad ocular. Nunca hay que mirar al Sol directamente. Es muy peligroso”.
Su recomendación es clara: “Las gafas deben llevar el sello de la Unión Europea (CE, Conformidad Europea) bajo la norma ISO específica. Olvidemos las radiografías o gafas de soldador”. Ante la posible invasión de productos falsos online, aconseja comprar en ópticas o tiendas especializadas: ”Colegios de ópticos se están equipando para garantizar seguridad”.
Cuidado con el eclipse solar: necesitas unas gafas con filtro especial
De dragones a Einstein: cuando los eclipses cambiaron la ciencia
A Bachiller le preocupa la ola de bulos y mitos que reavivó el eclipse del pasado año en EE.UU. “Cosas falsas como que las embarazadas pueden perder el bebé o el negacionismo de la protección ocular”. Afirmaciones que creíamos tan superadas con la mitología antigua alrededor de los eclipses. Cuando en la China clásica se decía que era un dragón quien devoraba al Sol, el pueblo hacía ruido con cacerolas para espantarlo, con enorme eficacia siempre, claro.
Los eclipses han sido fundamentales en el avance de la ciencia. Desde esa caracterización de la corona solar desde España en el siglo XIX, a probar la teoría de la relatividad general. “Imagino a Einstein dando saltos de alegría tras el eclipse de 1919. Gracias al eclipse del 29 de mayo y las fotos que pudo hacer el astrónomo Arthur Eddington, se observó que algunas estrellas aparecían en una posición distinta a la anterior al eclipse, lo cual implicaba que el Sol estaba desviando su luz”. Algo predicho por la teoría einsteiniana de la gravedad.
Aunque hoy los coronógrafos (instrumentos que simulan eclipses artificiales) y misiones como la Solar Orbiter han restado peso científico a estos eventos, Bachiller defiende su magia intacta: “La maravillosa coincidencia: el Sol está 400 veces más lejos que la Luna, pero es 400 veces más grande. ¡Por eso sus discos se ven iguales! Comprender esto añade fascinación”.
El legado: ilustración en la oscuridad
Más allá de la logística, Bachiller ve en esta tripleta una oportunidad única: “Lo que más me entusiasma es su potencial educativo. Es una ocasión magnífica para atraer a los ciudadanos, especialmente a los niños, al mundo de la ciencia”. Recuerda su primer eclipse total en 1999 en Francia: “Fue tan impactante que espero repetir la experiencia aquí”.
“Tras estos eclipses, los españoles estaremos divididos en dos grupos: los que vimos el eclipse y los que no. Y nos preguntaremos toda la vida: ’¿Tú dónde lo viste?’”.