En buenas manos
Fue inevitable el escalofrío. La misma inflexión de la voz, casi las mismas palabras, hasta el mismo o similar jersey (el de las «pelotillas» que dice el maestro Burgos) que hace diez meses, cuando aquello de «habrá como mucho uno o dos casos». Peroraba el inefable Simón sobre el aumento del contagio tras las fiestas navideñas, con ese tono de comentarista en el que es imposible reconocer al teórico responsable científico del control de la pandemia, cuando se atrevió, con todo desparpajo, a evocar... Читать дальше...