Manuel Ávila Romero, el hombre que paró a El Cordobés
Hijo de los años duros de la posguerra, sobreviviente en una Sevilla en blanco y negro, empezó a rozarse con la vida desde muy pequeño, entendiendo pronto que lo que era un regalo para unos pocos para él entrañaba la obligada dirección del esfuerzo, el trabajo y el sacrificio. En una Alameda de madrugones de coñac sin marca, con señoritas de Aviñón de bajo costo y flamencos de voces cubistas y rotas, empezó a trabajar en un quiosco de agua con su padre. Dicen que tuvo buena voz. Tanto que probó a acceder al grupo celestial de los Seises. Читать дальше...