El Juli y su despedida de quinta Concha de Oro
«Anda, pero si ese no torea como Roca Rey», decía una mujer del tendido alto. «No señora, es que no es Roca Rey». «¿Cómo no va a ser? Si mi yerno me ha traído desde Guetaira para ver a ese peruano que se arrima tanto», insistía Alaia, alegre como su nombre. Menos con el yerno. Pobre criatura, la que le dio la suegra. ¿Cómo iba a enterarse el hombre de la ausencia si en el toreo el asunto de las sustituciones, de ser posible, se anunciaría en el momento del paseíllo? El Juli, mandamás un cuarto de siglo... Читать дальше...