A la espera del gran contraataque que prepara Kiev
La esclerosis operativa en el teatro sigue prolongándose si bien, en los últimos días, se han producido bombardeos recíprocos de alguna entidad. Los objetivos de los rusos, batidos con misiles de crucero KH-101 y KH-555, lanzados desde muy larga distancia por vectores aéreos, se han localizado en las zonas (de sur a norte): Mikolaiv, Dnipropetrovk, Uman, Kremenchuck, Poltava y Kiev. Unas oleadas que, principalmente, pretenderían desmentir las informaciones sobre la grave carencia rusa de municiones, mostrando que Rusia todavía conserva suficiente poder destructivo para batir objetivos por toda Ucrania. Por su parte, los ucranianos bombardearon con drones, en Sebastopol (Crimea), una planta de acumulación y distribución de combustibles y grasas para la flota rusa del mar Negro. Asimismo, continúan los combates terrestres en las zonas de Kupiansk, Kreminna y Avdivka, bien que no se traduzcan en movimientos significativos de los respectivos frentes. El centro de gravedad de las operaciones sigue focalizado en la zona de Bajmut, donde se combate casa por casa con las defensas ucranianas parapetadas en los edificios del oeste de la ciudad, mientras va cerrándose el cerco de ésta. Bajmut podría , en cualquier momento, caer plenamente en manos rusas bien que la capacidad de resistencia en combate urbano, mostrada por las tropas ucranianas desde el 24-F de 2022, sea proverbial. El pistoletazo de la OTAN Por todas partes incluyendo fuentes gubernamentales ucranianas, se sostiene que Kiev está preparándose para desencadenar una gran contraofensiva en la búsqueda de una magna derrota militar de Moscú. Operación que, de resultar exitosa, podría obligar al Kremlin a sentarse a la mesa de negociaciones en unas condiciones desfavorables para los intereses rusos. Noticia Relacionada estandar Si La «infernal» batalla de Bajmut: por qué rusos y ucranianos se desangran por un enclave sin valor estratégico F.J. Calero Las tropas ucranianas están resistiendo heroicamente a pesar de la ofensiva rusa De entre todas las voces que anuncian tal contraofensiva , destaca la del secretario general de la OTAN, el noruego Stoltenberg, quien, el pasado jueves, en rueda de prensa en Bruselas, se caló el casco para dar una suerte de indiscreto pistoletazo de salida de la reacción ucraniana, al afirmar que «más del 98% de los vehículos de combate prometidos a Ucrania habían sido ya entregados». Detallando además que, entre otros efectos, se encontraban alrededor de 1.600 vehículos blindados armados y 230 carros de combate, junto con las correspondientes municiones y equipamientos para el combate. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 4700 Código APP La anunciada gran contraofensiva ucraniana , de producirse, sería una acción para la que prácticamente todos los países de la OTAN, en distintos grados, habrían tenido que rascarse los bolsillos, ya fuera aportando formación y entrenamiento de combatientes ucranianos y/o armas, municiones y pertrechos de todo tipo. Podría ser así valorada como una operación (indirecta) de la OTAN contra Rusia en apoyo de los objetivos operativos de Kiev, que fuera determinante para el futuro de la guerra. De resultar exitosa, precisamente cuando los síntomas de cansancio de los donantes van ganando notoriedad, sería presentada por Ucrania como un enorme triunfo, así como prueba de que la derrota final de Rusia es posible y, consecuentemente, que el esfuerzo de guerra debería persistir indefinidamente hasta lograrlo. Si, por el contrario, la contraofensiva ucraniana resultara fallida o, simplemente, fuera frugal en sus éxitos, sería inmediatamente valorada por Moscú como evidencia tanto de la incapacidad de Ucrania para defender su territorio, como de la inutilidad del gravoso apoyo dado a Ucrania desde el comienzo de la invasión. Un significado político La guerra es una costosísima actividad 'pecunia nervus belli' ('el dinero es el nervio de la guerra', Cicerón 'dixit'), que participa más del arte que de la técnica. En todo caso, la contraofensiva ucraniana si no fuera plenamente exitosa, pondría en cuestión la credibilidad de la Alianza Atlántica y ello debería conducir a un acuerdo internacional de alto el fuego, su implementación y la negociación sobre el 'end state' en la zona de guerra. O, en otros términos, la voceada contraofensiva a desarrollar por Ucrania, con el apoyo operativo explícito de la OTAN, sería una singular operación con un significado político infinitamente superior al meramente militar. La historia bélica ha mostrado pertinazmente que no hay planeamiento operativo que se muestre inalterable al contraste con la acción del enemigo. Por eso es tan difícil predecir las consecuencias de las operaciones futuras y las valoraciones, de propios y extraños, sobre sus resultados. Como corresponde al ámbito de la guerra y de las operaciones militares, las hipótesis sobre las potenciales acciones a venir por parte ucraniana son muchas y variadas. La más comprometida y sustanciosa, de concretarse, podría desarrollarse por la dirección: Zaporiyia-Melitopol-mar de Azov. De resultar exitosa, ello supondría una enorme victoria ucraniana y un revés logístico de fenomenal envergadura para Moscú. Una maniobra fascinante favorecida tanto por terreno, como por objetivo y por finalidad. Un terreno descendente hacia el mar que, en principio, favorece la acción ofensiva. Un objetivo muy rentable cuya consecución partiría en dos la franja litoral norte del mar de Azov entre Rostov del Don y Crimea. Y una finalidad soberbia que sería recuperar una salida ucraniana al mar de Azov y desbaratar la maniobra logística rusa en el sur de Ucrania, que quedaría así dependiente por tierra del puente de Kerch, recientemente rehabilitado tras el ataque sufrido en octubre de 2022, y que tiene una capacidad logística limitada. Romper el frente ruso Claro que, para ello, las tropas ucranianas deberían inicialmente romper el frente defensivo ruso en algún punto de los 150 kilómetros (en distancia reducida) existente entre Vasilivka (codo del Dniéper) y Vuhledar, línea de defensa en la que las tropas rusas llevan meses de incansable perfeccionamiento de sus obras de fortificación y defensa. Otra opción sería que, en su caso, tras la caída de Bajmut del lado ruso, se produjera una fulminante reacción ucraniana de contraataque, precisamente por esa misma zona, desde Kramatorsk en dirección a Lugansk y/o a Donetsk para recuperar, al menos, una de las dos 'capitales del Donbass'. Un tercer esfuerzo ucraniano, en el norte, podría darse desde la zona de Kupiansk hacia el este para recuperar el baluarte Lysychannsk-Sievierodonetsk, que tantos meses, vidas y recursos costó su ocupación por las tropas rusas. El tiempo y el azar, los dos mayores tiranos del mundo en la visión de Johann Herder nos hablarán próximamente…