Qué debes saber antes de elegir el peso libre o las máquinas de tu gimnasio

Si haces una de esas visitas a un gimnasio en las que un empleado te cuenta las bondades de sus instalaciones, casi siempre te encontrarás con tres áreas bastante diferenciadas. Dependiendo del gimnasio la zona más grande será la de las máquinas de 'cardio', después tendrás a tu disposición dos zonas claramente delimitadas, la de las máquinas y la de «peso libre». Aunque no son excluyentes parece que hay una férrea división entre los que creen que con las máquinas es más que suficiente y aquellos que si no entrenan con peso libre, sienten que no vale para nada. Lo cierto es que en la zona de peso libre es donde puedes ver a la gente objetivamente más fuerte, pero eso no significa que no puedas entrenar duro con máquinas. El auge del entrenamiento funcional ha hecho que aparezcan radicales que defienden que cualquier cosa que se haga en una máquina es, directamente, inservible. En el territorio opuesto tenemos a los que solo ven riesgos físicos en el peso libre y que es territorio de culturistas y ciclados . Quizás este último punto es el que más distancia ha marcado entre unos y otros. La cara oculta de las máquinas, es que valen como herramienta para rentabilizar los gimnasios ya que permiten tener a mucha gente haciendo ejercicio con escasa supervisión y, de esta manera, ahorrar personal, aunque para ese fin la zona de 'cardio' es la reina. Pero al margen de estas cuestiones ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen cada una? El peso libre y su mayor foco en el movimiento y el recorrido Ejercitarse con pesos libres tiene dos ventajas principales: • Una mayor implicación de todo tu cuerpo para ejecutar correctamente el recorrido de los movimientos. • En consecuencia, utilizarás más grupos musculares para ello. Teniendo en cuenta estos dos puntos, el peso libre es la mejor opción para optimizar el resultado total de tu sesión de entrenamiento. Para que te hagas una idea, se estima que el gasto calórico puede llegar a más de un 50% del que tendrías con máquinas gracias a esa activación muscular general y la necesidad de estabilizar el peso, esto tiene muchos beneficios: • Aprovechas más tu tiempo en el gimnasio. • Quemas más grasa . • Aumentas tu fuerza a nivel general. No hay comparación entre hacer una sentadilla con cien kilos de peso libre que en una máquina Smith o multipower . Tu cuerpo tiene que soportar un estrés muscular general mucho mayor con una sentadilla libre. El trabajo en máquinas nos facilita llegar a la congestión muscular Las máquinas están diseñadas para realizar movimientos lo más concentrados posible en un músculo concreto. Siguiendo con el ejemplo anterior, una sentadilla tendrá unos resultados globales en tu pierna inigualables, pero la máquina de extensiones de cuádriceps, te proporcionará unos mejores resultados concretos en este músculo. Las máquinas nos permiten no tener que prestar atención a nada que no sea el ejercicio específico que realizamos Foto Unsplash Como las máquinas eliminan el efecto estabilizador, todos los músculos que no están implicados en el movimiento de la máquina en cuestión, tienen muy poca (o nula) activación. Esto tiene los siguientes beneficios: • Nos va a resultar más fácil sobrecargar un músculo tanto por la capacidad de aislar dicha zona, como por la repetición constante de una trayectoria o movimiento. • Te puedes poner tan fuerte con la máquina como con el peso libre, pero en máquina el efecto se focaliza en el grupo muscular implicado en su movimiento. Aviso a navegantes: si quieres cambiar tu cuerpo haciendo glúteos en una máquina y poco más, tendrás unos resultados entre nulos e inapreciables. • Es más seguro entrenar con máquinas, aunque es un error pensar que estás exento de peligro. ¿Cuál sería la recomendación? La respuesta más honesta, y la que posiblemente hayas escuchado más veces cuando preguntas a profesionales de la salud, es que depende. Depende de tus objetivos, depende de los deportes que practiques, depende del tiempo que llevas entrenando, depende de tus lesiones… lo idóneo sería llegar a un adecuado equilibrio entre ambas opciones, aunque si hay que elegir entre una u otra creo que deberíamos quedarnos con el peso libre ¿Por qué? 1 Hay una transferencia física mucho mayor a lo que demanda tu vida fuera del gimnasio (cuando levantas una caja en una mudanza, no hay máquina que te asista). 2 En términos de fuerza absoluta global, se obtienen mejores resultados. 3 Es mucho más divertido. Las máquinas, aunque son cientos y de todo tipo, no dejan de tener unos patrones de movimiento limitados. Las opciones con peso libre son infinitas. 4 Puedes hacer ajustes mucho más precisos en las cargas (casi todas las máquinas funcionan con las clásicas placas que van de 5 en 5 kg). 5 Si tu problema es el miedo a adquirir mucho volumen muscular puedes descartar esta preocupación. Necesitas mucho, pero que mucho tiempo haciendo peso libre con una dieta específica, y puede que algo más, para tener aspecto de culturista. 6 Si valoras la parte social de hacer ejercicio, las máquinas contribuyen mucho menos a hacer amigos para entrenar juntos. Eso sí, con el peso libre vigila tu técnica y las cargas, supeditando siempre estas últimas a la correcta ejecución de un ejercicio. No cometas el error de imitar cualquier vídeo de los que circulan por redes sociales o acabarás mal. Pide ayuda a los entrenadores de sala y date tu tiempo.