Educación sexual: «Si tu peque se toca los genitales en público, solo debes indicarle que no es el sitio adecuado»
'¡Se llama pene!« y »¡Se llama vulva!« (Penguin) son los dos últimos libros de Anna Salvia , psicóloga especializada en educación sexual , y Cristina Torrón , ilustradora, para educar a los niños en el autoconocimiento de su cuerpo de forma cercana y divertida. Pero también son dos herramientas muy útiles, casi imprescindibles, para que las familias aprendan a abordar la educación sexual «porque seguimos llegando demasiado tarde», asegura Salvia en esta entrevista con ABC. Ambos libros contienen todas las respuestas que a veces los adultos no saben dar a los más pequeños. Se habla de cómo son la vulva y el pene, de cómo cambian su aspecto con el paso de los años, de cuáles son sus funciones, de la regla, de cómo se han de lavar, de las erecciones o de las cosquillas especiales que produce la vulva. Y es que toca seguir rompiendo tabús para que los niños conozcan el cuerpo humano sin complejos. Noticias Relacionadas estandar No Diálogos de Familia «Decir a tu hijo que use un preservativo para evitar embarazos o enfermedades no es educación sexual» Laura Peraita estandar No «Muchos padres se enteran de que sus adolescentes tienen relaciones sexuales al encontrar el envoltorio del preservativo» Ana I. Martínez Anna, primera pregunta obligada. ¿Para qué edad están recomendados los libros? Porque en ellos habláis incluso de la reproducción asistida o de conceptos como endometrio, prepucio o tener la regla que quizás muchos no entiendan. Los libros están recomendados a partir de cuatro años por la cantidad de texto y el formato de los mismos. Sin embargo, los contenidos son para todas las edades, de modo que se pueden utilizar las ilustraciones para explicar cosas a los más pequeños o que los lean los más mayores. Todos los temas de los que hablamos son cotidianos para los niños y niñas de esta edad y pueden entenderlos (tienen prepucio, ven a su madre cambiarse la compresa, han sido concebidos por reproducción asistida o algún familiar está en ese proceso), pero los adultos no hablan sobre ellos por una cuestión de tabú cultural. Estos libros son una herramienta para superar el tabú y satisfacer las necesidades de educación sexual que tienen los peques de esta edad. Y a esa edad… ¿se les puede o se les debe hablar de ello? ¿Por qué? El mejor momento para hacer educación sexual es durante los primeros siete años de vida, porque es cuando aprenden más conceptos sobre sexualidad (partes del cuerpo; diferencias hombre-mujer; cómo se hacen los bebés; qué es la pareja, el amor, la familia; las normas sociales) y porque en ese momento aún no han aprendido que es un tema tabú y se puede conversar tranquilamente sobre ello. También debemos dar una buena educación sexual desde los primeros años de vida para prevenir abusos sexuales . Si no damos educación sexual en la primera infancia aprenden que con sus padres no pueden hablar sobre sexualidad y que deben resolver sus dudas por su cuenta, a través de los amigos o, más adelante, a través de internet. De ese modo, cuando en la adolescencia queramos hablar sobre sexualidad serán ellos lo que no querrán hacerlo con nosotros. Los niños, desde muy pequeños, empiezan a descubrir su sexualidad sin ser conscientes. A los adultos les hace gracia y no saben cómo reaccionar y salen del paso de puntillas o les dicen rápidamente 'no hagas eso'. ¿Por qué? Durante los primeros años de vida los niños y niñas aún no conocen las normas sociales que rigen la sexualidad en nuestra cultura, de modo que se tocan los genitales como se tocan la oreja o el codo, aunque, como provoca unas sensaciones más agradables, algunos lo hacen mucho más a menudo. Poco a poco irán aprendiendo que en esta sociedad los genitales deben tocarse en la intimidad. Si tu peque se toca los genitales en público, simplemente debes indicarle que no es el sitio adecuado, de la misma manera que lo harías si se mete los dedos en la nariz o quiere ir descalzo. Hay bebés, incluso, (y más mayores) que se frotan en público, con un cojín o cualquier cosa. '¡Mi hijo es un salido!», piensan los padres. ¿Es así? Los padres reaccionan así porque desconocen que los genitales ya producen sensaciones muy placenteras desde los primeros años. Tu hijo no es un salido, ni un pervertido, ni una ninfómana, simplemente ha descubierto esas cosquillas tan agradables y lo hace en público porque aún no ha aprendido que debe hacerlo en la intimidad. ¿Cómo deberíamos afrontar este tema? Porque muchas veces, las familias se escudan en que 'es muy pequeño y no lo va a entender». Esa creencia de que no lo va a entender debido a su edad es fruto de nuestro pasado histórico, en el que la sexualidad era pecado y se intentaba esconderla a los menores. No se trata de explicar conceptos complejos con frases largas, sino de simplemente dejar de esconder la sexualidad, de sacarla de ese cuarto oscuro donde la tenemos encerrada y que forme parte de la vida familiar. Por ejemplo, usando las palabras correctas para llamar a los genitales, indicando cómo deben lavarlos, explicando qué es la regla o cómo se hacen los bebés. ¿Deberían las familias aprovechar cualquier momento para hablar del tema? Porque supongo que no hay un momento exacto. Pero, por ejemplo, si están en la ducha o comentan algo; o ven a su padre o madre hacer pipí… Ellos se expresan con mucha naturalidad y quizás cualquier comentario puede dar pie a educar. Exacto, se trata de aprovechar su curiosidad innata y la naturalidad con la que abordan este tema. De hecho, esa naturalidad es sanadora para las personas adultas, nos ayuda a darnos cuenta de toda la carga negativa que aún tiene la sexualidad en nuestra cultura. Aunque ni siquiera hay que esperar a que lleguen las preguntas, porque a veces nuestro tabú es tan evidente que nunca llegan a formularlas. Tomando la iniciativa (como de hecho hacemos con cualquier otro tema) demostramos que estamos abiertos a hablar de sexualidad y que puede preguntarnos cualquier cosa. Pero… «¡Qué vergüenza!», «¿Es que no sé cómo explicárselo», dicen algunos progenitores. La teoría es fácil pero llevarla a la práctica es mucho más difícil porque el tabú social hace que nos bloqueemos, no nos salgan las palabras y lo pasemos mal. Para ayudarte a hacerlo más fácil hemos creado la 'Guía para familias y educadores' que encontrarán al final de los libros, donde resuelvo las principales dudas que me plantean en mis charlas y formaciones. MÁS INFORMACIÓN noticia No Alertan del fácil acceso de menores a páginas web con sexo no consentido noticia No La educación sexual tiene que empezar en casa, según sexólogos y docentes noticia No «No es necesario que los padres sepan todo sobre sexo, sino que tengan ganas de escuchar a sus hijos» noticia Si Educación sexual: lo que debes enseñar a tus hijos más allá de cómo colocar un preservativo O sea, que la educación sexual sigue siendo una tarea pendiente… ¿por qué? Sí, porque seguimos llegando demasiado tarde, tanto en casa como en la escuela. Y, hoy en día, llegar tarde significa que quien está resolviendo todas sus preguntas sobre sexualidad es internet ( porno , Tiktok, Intagram, Youtube) y sus amigos, todos ellos nefastos educadores sexuales. Hablar de sexualidad con los peques es una tarea hermosa que puede costar las primeras veces, pero si te atreves a lanzarte a la piscina verás que es muy gratificante y divertida, puesto que se trata de hablar sobre los temas más bonitos de la vida: el amor, el enamoramiento, la familia, el placer, el hacer el amor, el embarazo, el parto, la lactancia, la maternidad y la paternidad.