Ayer debió de ser un día importante para el expresidente Zapatero. Empezó la semana criticando que se «demonice» a Bildu, el socio parlamentario de Sánchez: «Les dijimos que si dejaban el terror tendrían sitio en las instituciones y eso hay que mantenerlo». Y a fe que se mantiene. Más de cuarenta terroristas van en las listas al 28M y siete de ellos cuentan con delitos de sangre. El asunto no es sólo que Bildu presente a los asesinos como candidatos, sino que el Partido Socialista pueda incluso pactar alcaldías con ellos después de las elecciones. Con esta indignidad han de transigir las miles de víctimas de ETA. En cuanto a Rodríguez Zapatero, no deja de causar asombro su capacidad para...
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