Abrumado por el afecto de amigos y compañeros , me ha sacudido estos días un sentimiento de nostalgia, surgido de la conciencia del paso implacable del tiempo. Acabo de cumplir 68 años y no puedo ignorar que he entrado en la recta final de la vida. Lo que importa no es tanto el lugar en el que uno se encuentra como el camino por el que ha llegado. Lo malo y lo bueno, la alegría y la tristeza, los éxitos y los fracasos forman parte de un trayecto que no hemos podido elegir, en el que casi todo nos ha venido dado por el azar y el destino. Lo que de verdad ha merecido la pena es vivir esos momentos....
Ver Más