Cans: 20 años de cine entre chimpines y galpones
En una pequeña aldea de O Porriño, Pontevedra, ocurre, cada año y de manera ininterrumpida desde 2004—ni la pandemia pudo con ellos— una especie de alineación planetaria: más de 10.000 personas se juntan en Cans para meterse en galpones a ver cine . La mayoría de veces, de hecho, en formato corto. El festival de Cans celebra esta semana (del 16 al 20) dos décadas de vida. «Si me dijeran en aquella tarde de sábado de 2004 que ahora iba a estar concediendo entrevistas por cumplir 20 años, no me lo creería», reconoce Alfonso Pato a este diario, recordando el primer paso de este festival, por qué no decirlo, único. En aquella primera edición apenas pasaron por las salas de Cans (galpones y garajes de los vecinos de la aldea) apenas 300 personas. Ahora, son más de 10.000, y la muestra se ha consolidado como uno de los festivales más relevantes a nivel nacional en el circuito de cortometrajes. Mientras toda la industria tiene los ojos puestos en la costa azul francesa en la celebración del festival de Cannes, en este pueblo de O Porriño ese certamen no importa. Ellos tienen su propia historia ya forjada y su propia «esencia»: «No podemos dispersar lo que hemos creado. El festival hasta ha creado su propia iconografía». Desde las proyecciones en las casas de los vecinos a los viajes en chimpín, pasando por los conciertos en el gallinero o la ya mítica figura del perro, mascota y logo de la muestra. Pero para Pato, lo que más le llena de orgullo es del impacto artístico del festival. Cans, a lo largo de estas dos décadas, no solo ha visto crecer a los cineastas más importantes de Galicia en la actualidad, sino que, defiende, también ha sido partícipe de la construcción y aprendizaje de cada uno de ellos. «El festival no es una edición suelta, es algo continuo», cuenta el director. Una de las películas del momento es Matria, del director arousano Álvaro Gago. Con un exitoso estreno en todo el país con su primer largometraje, el realizador ganó hasta en tres ediciones de Cans con sus anteriores trabajos. «Quique Otero pasó dos veces, también Eloy Domínguez». Y Alfonso Pato se embala al citar una retahíla de nombres que han presentado sus cortometrajes en su certamen. Lois Patiño, como Gago, presentó su última película en el festival Berlinale (Berlín). También lo hizo Carla Subirana, que forma parte del jurado en esta edición. «Proyectamos 'Unicorn Wars'», de Alberto Vázquez, que acaparó varios premios Goya de animación. En Cans ya se había hecho con tres premios con anterioridad. El director saca pecho por un palmarés histórico que acredita que el festival es como una cama elástica para el talento cinematográfico gallego. «Sentimos que tenemos cachitos de todas esas películas que han ido haciendo estos directores», se alegra. Mantenerse 'pequeños' Esta XX edición, a pesar de mantener la «esencia de siempre», incorpora algunas novedades. Más allá de «sorpresas» que Pato no quiere desvelar, el festival de Cans se alarga hasta los cinco días y aumenta los espacios en los que se harán proyecciones para controlar el flujo de asistentes. Al final, recuerda, Cans no deja de ser una pequeña aldea en la que sus habitantes son gente corriente que entre semana trabajan. No pueden prescindir, por ejemplo, de sus galpones tanto tiempo, por lo que algunas proyecciones se harán en el centro cultural de O Porriño. «No es un festival al uso en ninguna de sus vertientes», insiste el director. Quizá, cuando se disponen a montar una de las salas, se encuentran con que el vecino le ha hecho una reforma a la casa, trastocando sus planes. No obstante, muchos ya son conscientes y «nos llaman para que lo tengamos en cuenta. Ya consideran sus galpones parte del patrimonio del festival», ríe. Desde el certamen siempre fueron «prudentes» con su tamaño. De hecho en 2019 «rozamos el colapso». La aldea no estaba preparada para acoger a 15.000 de golpe. Hay proyecciones y actividades durante todo el día, y conciertos de noche. Coincidiendo con la pandemia, aprovecharon para redimensionar su apuesta. «Afortunadamente el Covid nos vino bien para pensar qué modelo queríamos». Algo sostenible y respetuoso con los vecinos, siempre dispuestos a participar en la celebración. «No queremos batir récords de público ni dar un titular cada año. Hay que asentar lo que tenemos, da igual cuanta gente venga», aunque sean más de 10.000 personas con seguridad en una aldea de 350 habitantes. Los vecinos como jueces Carmen Marino tiene 77 años. Vecina de toda la vida de Cans, será una de las cinco personas que decidirá qué cortos merecen llevarse uno de los galardones. El festival, cada año, designa dos jurados: uno profesional y otro de los habitantes de la aldea. «A los cineastas les hace una ilusión inmensa» ser elegidos por este jurado, cuenta Pato. Todo comenzó porque «veíamos que al festival venía mucha gente de fuera, pero pocos vecinos», y con esta iniciativa «tratamos de introducirlos» en la dinámica del certamen y para que aprendieran a ver cine. Tienen a un realizador que les guía en el proceso, aunque, claro, la decisión final es puramente de ellos. «A veces cuesta atraer a los más mayores, pero luego siempre terminan recomendando la experiencia al resto». Al final, tras más de una década con este jurado, «el 20% de Cans ya ha pasado por él en alguna edición». Noticias Relacionadas estandar No Cine Alberto Vázquez, director de cine: «Las guerras dentro de una familia también son muy crueles» Ántar Vidal estandar No Cincuenta cintas de animación de 28 países confluyen en Imaxinaria Pablo Baamonde Este año acuden a la sección oficial 32 películas divididas en varias categorías: ficción y animación, documental y 'nuevas camadas'. También se presentan los largometrajes 'Honeymoon', de Enrique Otero; la citada 'Matria', de Álvaro Gago; 'Sica', de Carla Subirana; o 'Unicorn Wars', de Alberto Vázquez. También plantean un ciclo retrospectivo de la directora franco-armenia Valérie Massadian, que estará presente en Cans. En total, decenas de actividades, conciertos —The Limboos, Eladio Santos, Los Punsetes...— y proyecciones que no se pueden resumir en una página de periódico.