Las víctimas, entre el escepticismo y la buena acogida ante la retirada de los 7 etarras de Bildu: «Quedan todavía 37»
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), el primero que puso sobre la mesa la existencia de 44 miembros de ETA en las listas electorales de EH Bildu para el 28-M, considera una «victoria» propia que siete de ellos, los que cuentan con delitos de sangre a sus espaldas, hayan anunciado que no tomarán posesión en ningún caso del acta de concejal en caso de ser elegidos. No obstante, han cargado contra su «cinismo» por anunciar la decisión en términos de «paz y convivencia» y han recordado que aún quedan 37 condenados por pertenencia a la banda terrorista en esas listas que no han dado un paso atrás. «Es cierto que los casos de los asesinos eran los más preocupantes y los más dolorosos para las víctimas, pero todavía quedan 37 concejales en las listas de EH Bildu que no dudarán en tomar posesión de su cargo tras las elecciones si lo consiguen, después de haber contribuido, con su pertenencia a ETA, a todos los crímenes que esta organización terrorista cometió», expone el colectivo en un comunicado. En esta línea, acusan a la izquierda abertzale de haber tomado esta decisión –«como todo lo que hacen»– por un cálculo estratégico y no por una reflexión ética. «Que dejen de llamar presos políticos a los asesinos de nuestros familiares. Que dejen de exigir su impunidad en multitudinarias manifestaciones. Que saquen a ETA del espacio público, no solo de las listas electorales, sino también de las calles, y que dejen de promover pintadas, pancartas, etc. de exaltación a ETA. Que dejen también de homenajear en público a etarras fallecidos», ha reclamado Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite. Noticia Relacionada estandar No Los siete etarras condenados por asesinato renuncian a su candidatura en Bildu para reducir el previsible daño electoral Miriam Villamediana La formación mantiene en sus listas a los otros 37 condenados por formar parte de la banda terrorista, entre los que se encuentran perfiles radicales «Hasta que no hagan eso y no condenen la trayectoria terrorista de ETA y su proyecto político no tendrán ninguna legitimidad para decir que toman sus decisiones por contribuir a la paz y a la convivencia», señala. Considera, en cualquier caso, que es «una buena noticia» que no vayan a tomar posesión de su cargo si son elegidos. Por otra parte, el colectivo pone el acento en que «todos los miembros del Gobierno hayan tardado días en denunciar la ignominia de las listas electorales de EH Bildu, y que cuando lo han hecho, hayan aprovechado para atacar a los partidos de la derecha por 'traer' a ETA a la campaña electoral». «Quien ha traído a ETA a la campaña ha sido Bildu» «Quien ha 'traído' a ETA a la campaña electoral ha sido EH Bildu presentando a etarras en sus listas. Y quien lo ha denunciado ha sido COVITE, no los partidos políticos. Pedimos respeto a nuestro trabajo, a nuestra trayectoria y a nuestra independencia política, de sobra demostrada a lo largo de nuestros 25 años de existencia», ha zanjado Ordóñez, para defender a la organización de las críticas de partidismo que han recibido estos días por denunciar la existencia de terroristas en las candidaturas. En la asociación de víctimas Dignidad y Justicia, mientras, la posición es de escepticismo. «No podemos creernos las palabras de los asesinos. Siguen los asesinos en la lista de las elecciones 28-M», decía su presidente, Daniel Portero, tras conocer ese comunicado de los siete con delitos de sangre. «Pervierten el lenguaje» Anunciaban que retirarán «en la medida de lo posible» sus candidaturas y no tomarán posesión del cargo de concejal en caso de ser elegidos y lo hacían con una nota enviada a Naiz (el sucesor del diario Gara) en la que se resumen cuatro décadas de de asesinatos y terror con la expresión «ciclo de enfrentamiento anterior». Incluso se refiere que las condenas por pertenencia a ETA de esos 44 que integran las listas obedecen a una «persecución» y a un «pisoteo» de derechos políticos. Dan el paso, llegan a afirmar, por compromiso «con la construcción de la convivencia y la paz». «Quieren dar la vuelta a la tortilla, pervertir el lenguaje aprovechando el tsunami mediático que les acecha para hacer ver que dan pasos hacia la paz. Ahora resulta que ellos van a traer la paz y que quienes perdimos a nuestros padres, hijos o hermanos somos reaccionarios. Estos siete asesinos no quieren trabajar gratis, porque en cuanto cojan su acta, verán embargado su sueldo para hacer frente a la responsabilidad civil que deben al Estado y por miedo a la ilegalización», reflexiona Portero. «¿Tenemos que creer en la palabra de unos asesinos cuando dicen que prometen que se van a retirar en cuanto les voten?» plantea.