Santiago audita el 'modelo Bugallo'
Los santiagueses no podían saber, cuando acudieron a las urnas hace cuatro años, que, fuese cual fuese el mandato que saliese elegido, este debería desarrollarse bajo condiciones tan infrecuentes como entorpecedoras. No había forma de aventurar que antes de que terminase el primer año de nueva alcaldía -que resultó ser la socialista, con Xosé Sánchez Bugallo como candidato- sonarían las primeras alarmas y el interruptor del turismo y los servicios, motor económico de la capital gallega, se apagaría durante dos veranos . Ahora vuelve a acercarse el momento de que la ciudadanía elija regidor, valiéndose, eso sí, de una retrospectiva que dice mucho sobre cómo pueden llegar las crisis y la forma de hacerles frente. No todos los males se debieron a las terribles circunstancias sanitarias. Este año, sin ir más lejos, no arrancó bien para Raxoi. En enero, Compostela Aberta denunció irregularidades bajo las que se había sellado un contrato municipal con la empresa Desproi , que le arrendó al Concello una nave para convertirse en sede para la concejalía de Parques y Jardines. La primera información situaba al edil de ese área, José Manuel Pichel, como accionista de una firma vinculada a Desproi. Apenas 48 horas más tarde, Pichel dimitía a la vez que reconocía el «error» de no haber informado de esta vinculación a la junta de gobierno. Fue la primera de varias irregularidades que, sin embargo, el Concello fue pasando por alto, y que Bugallo achacó a una «falta de comunicación entre departamentos». ¿Chapuza o trama? El caso y su gestión pusieron en cuestión al gobierno socialista, planteando dudas frente al buen hacer que se presuponía a un grupo de gobierno con la veteranía de Bugallo al frente. La oposición no ha dejado de pedir explicaciones, insatisfecha con las proporcionadas hasta la fecha. El asunto sigue abierto, y está por ver qué efectos pueda tener durante la campaña . Por lo pronto, el PP compostelano presentó en abril una denuncia judicial en la que revela «instrucciones de Alcaldía» para la elaboración, en 2021, de «una propuesta dirigida a la junta de gobierno local» para la adopción del acuerdo de alquiler. Al 'caso Pichel' todavía le queda recorrido. elecciones_correo_0679 La campaña en 5 minutos La información más destacada en tu mail desde el 12 de mayo NO El otro asunto que ha marcado el debate local en los últimos meses ha sido el de la implantación de una tasa turística en la ciudad con mayor presión de viajeros de la Comunidad -con permiso de los millones que acuden a Vigo a ver las luces navideñas-. El gobierno local dispone de un primer estudio elaborado por la USC, pero ha derivado la decisión final en la Xunta, que es la competente para fijar la política fiscal en la región. Es otra cuestión de largo recorrido en la que izquierda y derecha no comparten criterio. Muy vinculado al debate de la tasa está el del modelo de ciudad y, concretamente, cuál debe ser el papel del turismo en la misma, ahora que la presión de los visitantes empieza a notarse más allá de la almendra. Tras la pandemia, el doble Año Santo 2021-22 situó a Compostela como uno de los destinos de moda . Pero si de algo sirvió fue para poner encima de la mesa las consecuencias de la falta de preparación ante este turismo que se aproxima peligrosamente al temido 'de masas': sectores inundados y servicios rebasados. En este mandato se han apreciado los primeros conatos de 'turismofobia' en una ciudad históricamente acogedora y abierta al visitante. Una de las derivadas de esta tensión ha sido la política de las Viviendas de Uso Turístico (VUT), con la que el gobierno de Bugallo ha aplicado una inesperada mano dura, toda vez que había sido conciliador con el sector en el pasado. Raxoi decidió vetarlas en los últimos meses de los edificios del casco histórico y de todas las primeras plantas, llevándose por delante incluso cientos de reservas confirmadas. La medida se justificó para intentar revertir estas viviendas al mercado del alquiler convencional, una realidad que todavía no se ha materializado , y que está por ver que tenga lugar. La ciudad tiene en agenda otros proyectos estratégicos, como garantizar que siga en aumento el suelo industrial en el polígono de la Sionlla, objetivo que busca materializarse a través de un polo biotecnológico que ya atrajo a cerca de una veintena de empresas. Son iniciativas que pretenden independizar a Santiago del sector turístico , pero que no deberían dejar de lado otras tareas todavía pendientes. Entre las más destacables, la de fijar una nueva concesión de transporte público -y sin riesgo de ignición en su mecánica, como sucedió en un buen número de casos a finales del pasado año- que acarree mejoras: una flota de buses que no esté envejecida, ajustes en los horarios e itinerarios y mejoras de accesibilidad para sus pasajeros. Con el expediente de contratación ya aprobado en junta, tocará esperar a octubre, bajo el mandato de la nueva Corporación, a que se adjudique el convenio. Para estas tareas pendientes, Bugallo vuelve a presentarse para el que sería su quinto mandato, rodeado por el equipo que le ha acompañado estos últimos cuatro años . El PSOE apuesta por el continuismo ante la dificultad de articular una sucesión en la agrupación compostelana, fragmentada en familias de compleja conciliación, como ya se vio en la última década. Noticias Relacionadas estandar No Reproches a Bugallo por querer «echar balones fuera» en el caso Desproi Pablo Baamonde estandar No caso pichel El PP de Santiago denuncia a Bugallo por «ordenar» alquilar una nave a un edil del PSdeG Jesús Hierro Las encuestas revelan que el gobierno local acusa el desgaste, y cedería la victoria al PP de Borja Verea, un rostro joven para el centro-derecha con el que quiere hacer olvidar la tumultuosa legislatura de los tres alcaldes conservadores. No lo tiene fácil, porque la mayoría absoluta está lejos. Verea ya habla de 'desbugallizar' Santiago, y se ha convertido en objetivo de las críticas del resto de partidos, los que están llamados a entenderse en el escenario futuro. La dicotomía compostelana es esa: o tripartito de izquierdas y nacionalismo, o una mayoría absoluta del PP. No hay otra . El BNG sueña con adelantar al PSOE aprovechando su teórico 'punch' autonómico, pero la demoscopia es más realista: eso no va a pasar. El rupturismo de Compostela Aberta busca sobrevivir, y eso apunta a ser lo único que consiga un partido que en 2015 fue, de largo, el más votado en la ciudad. Los tiempos han cambiado.