Bildu no ha tenido ningún gesto con el proceso democrático o con los españoles y mucho menos con las víctimas del terrorismo. Es más, sus únicos gestos hasta ayer han ido en la línea del desprecio y el ensañamiento. Los herederos políticos de ETA, al retirar de sus listas (hipotéticamente) a siete asesinos, sólo expresan una concesión al PSOE, que los ha sacado del oprobio y de la marginalidad. Bildu le debe demasiado a Sánchez y espera seguir recibiendo favores futuros, de ahí que transija con el alejamiento (hipotético) de los expistoleros, para que el líder socialista pueda remontar el vuelo de la campaña. No existe un mínimo resorte moral en la decisión, tan sólo tufo electoralista, el olor a...
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