Con tan solo cuatro años, la bailarina y coreógrafa Vicky Gómez ( @vickygom3z ) dio sus primeros pasos de baile. Su madre la apuntó desde niña a clases de danza , y lo que empezó siendo una actividad extraescolar más, se convirtió en su vocación cuando con 12 años la serie de televisión 'Un paso adelante' pasó a ser su referente. «Me marcó muchísimo y ahí me di cuenta de que lo que yo quería era ser bailarina profesional», contó a ABC. La ganadora de la primera edición de 'Fama, ¡a bailar!' y profesora de la Academia de Operación Triunfo en 2017, 2018 y 2020 hizo las pruebas para acceder al conservatorio con 16 años. En ese momento aprovechó que una amiga de su misma ciudad (Salamanca) iba a presentarse y podría comprobar por ella misma cómo funcionaba todo aquello. Con sus padres siempre habló de esperar a los 18 años para elegir qué camino tomar y dar el paso de trasladarse a Madrid para formarme más extensamente como bailarina. Fue antes cuando la aceptaron, con 16 años , y contó en todo momento con el apoyo de sus progenitores en aquella decisión que cambiaría su vida para siempre. Noticia Relacionada estandar No Danza para el párkinson: así ayuda el baile a retrasar el declive de los pacientes Mejorar la conciencia corporal y la coordinación, mantenerse activo y ganar confianza en sí mismos son algunos de los beneficios que aporta la danza a los pacientes con esta enfermedad degenerativa Vicky Gómez charló con ABC en Formentera Zen sobre el mundo de la danza, compartió algunas de sus vivencias como bailarina y explicó en qué consiste su día a día como profesional del sector. - ¿Cuántos años son de formación en el conservatorio? La carrera completa son 10 años, pero cuando haces las pruebas de acceso, dependiendo de tu nivel, te colocan en un curso u otro. Yo entré directamente en quinto de grado medio, que es como la mitad de la carrera. - ¿Cómo era estar en el conservatorio? Dentro de las diferentes disciplinas del conservatorio elegí danza clásica . Este es un estilo de baile bastante elitista donde ya de una manera natural, por la genética, tienes unas cualidades o condiciones físicas idóneas para poder ser bailarina o no. Hay cosas que se pueden trabajar, por supuesto, que se entrenan en las clases y se aprende una técnica a partir de esas condiciones que tú tienes, pero hay otras que no se consiguen. Esto puede ser bastante duro, porque hay muchas bailarinas que no tenemos estas condiciones y la manera de gestionar que quizás no se llegue a una compañía de danza clásica puede no ser muy sana. A veces hay una forma de tratar a los alumnos o de dirigirse a ellos bastante tóxica que puede generar trastornos alimenticios o hacer que se sientan insuficientes. Y a esas edades, siendo adolescente o prácticamente niños, hay que tener mucho cuidado, pues se pueden crear traumas o enfermedades mentales muy graves. - Es curioso porque siempre se habla de los beneficios del baile, pero cómo puede cambiar esto a nivel profesional si no se gestiona bien. Esta es una parte de mi trabajo que me da bastante pena. Cuando empiezas a bailar o decides ser bailarina es porque es algo completamente vocacional y que sientes. Y algo que haces por disfrute y pasión en ocasiones puede verse manchado por otras cosas no tan bonitas, siendo a veces difícil tener la capacidad de que no te pese más lo malo que lo bueno. Siempre hay que cuidar de alguna manera el artista que tienes dentro, al niño pequeño que conectó ese día con la música y con el movimiento para que todo lo demás no se acabe cargando el porqué empezaste. «Los estilos de danza van evolucionando y tú tienes que hacerlo con ellos si no quieres quedarte atrás» Vicky Gómez - ¿Cómo es su día a día? La verdad es que nosotros tenemos cero rutinas. Cuando te dedicas a esto profesionalmente vas cambiando de proyectos y, en función de ellos, tienes unos horarios u otros y unas dinámicas u otras. A veces también hay etapas en las que no tienes proyectos, pues es una carrera muy fluctuante y te tienes que ir adaptando. Debes estar en constante entrenamiento, tanto físico como mental, esto último en cuanto a gestión de emociones por todos estos cambios y por la incertidumbre que conllevan. Y luego por supuesto hay que estar en formación constante, ya que los estilos de danza van evolucionando y tú tienes que hacerlo con ellos si no quieres quedarte atrás. Cuando no tengo un proyecto en el que estoy enfocada trato de seguir mi rutina de entrenamiento en el gimnasio y tomar todas las clases de baile posibles para seguir estando al día. - Aparte del propio baile, ¿realiza otro tipo de entrenamiento? Muchos bailarines cuando empezamos pensamos que con el entrenamiento de las propias clases de baile es suficiente. Está claro que ahí estamos entrenando nuestro cuerpo para hacer esos movimientos o esa técnica, pero luego hay una parte en la que tu cuerpo tiene que estar fuerte para soportar esa carga muscular y física que conlleva llevarlo hasta esos límites. Eso sí que lo tienes que trabajar con un entrenamiento de fuerza, por ejemplo, con pesas en el gimnasio y siempre combinándolo con una parte cardiovascular. - ¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en la danza? Las rodillas son una parte delicada, hay gente que sufre mucho de ellas; suele haber algún esguince y la sobrecarga muscular es bastante común también. Tenemos que cuidarnos además el cuerpo con fisioterapia para descargar muscularmente. - ¿Nunca es tarde para introducirse en el baile? Pienso que no, porque hay muchas maneras de vivir el baile. Yo lo vivo de manera profesional, pero comenzó siendo algo que hacía con el único objetivo de disfrutar y expresarme, y esto es innato en todo el mundo. No necesitas tener una técnica depurada o alcanzar ningún nivel, sino simplemente con que te guste, lo vivas y te des la oportunidad de no juzgarte y probarlo, es suficiente. «Lo interesante sería que igual que hay una asignatura de música, pudiese haber una de danza». Vicky Gómez - ¿Cuáles diría que son sus beneficios? Es un ejercicio físico y como tal sabemos que es imprescindible para nuestra salud física y mental. Tiene esos beneficios de toda la parte química que genera en el cerebro y que nos hace sentir bien, y a nivel físico es una manera de cuidar nuestro cuerpo: consigues elasticidad, coordinación y ese balance entre cuerpo y mente. Además es una actividad que te ayuda a socializar y a expresar emociones. Es supercompleto. - Algunos colegios incorporan la danza de una forma u otra en sus programas. Lo interesante sería ya no solamente que el baile formara parte de actividades extraescolares, algo que me parece también muy positivo, sino que igual que hay una asignatura de música, pudiese haber una de danza. Creo que sería brutal por todo esos beneficios que hemos mencionado antes. Aportaría muchísimo. En ocasiones tenemos muchos tabús con los cuerpos, no aceptamos el nuestro, no lo conocemos y no nos preocupamos de cuidarlo. Y la danza te da una conexión especial con tu propio cuerpo y contigo mismo, ayudando en muchos aspectos. - ¿Es una forma también de perder la timidez y la vergüenza? Pienso que sí. Cuando nos da vergüenza bailar delante de la gente considero que hay mucho de no querernos mostrar o no ser vulnerables. Queremos que nos salga perfecto o no lo hacemos, y es importante quitarnos ese perfeccionismo y entenderlo de una manera mucho más relajada y una oportunidad de ser nosotros mismos.
