Desvelan qué españoles han asistido a la reunión del Club Bilderberg
España se juega mucho en los próximos días, y no solo en lo que se refiere a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo . Hay que mirar en dirección a Lisboa, porque este fin de semana arranca la reunión anual del Club Bilderberg , una suerte de sociedad casi mistérica que está en la cabecera de todas las conspiraciones de los teóricos de ello. La información sobre lo que se habla y se decide en estos encuentros no está del todo clara. La leyenda que hay en torno a este club del que forman parte algunas de las personalidades más relevantes del mundo, desde banqueros pasando por políticos de primer nivel, hace que la población general sospeche de hasta qué punto hay unos hilos ocultos que manejan sus vidas. Oficialmente, este fin de semana se hablará sobre Inteligencia Artificial, Ucrania , y la posición de EE.UU. y China en el orden mundial entre otros muchos temas. 120-140 Asistentes a cada reunión del Club Bildelberg Aunque no se dan cifras exactas, sí se sabe que en cada reunión se supera el centenar de asistentes, la mayoría europeos De lo que se decida ahí, poco o nada se va a conocer merced a la conocida como la 'regla de Chatham House' : los participantes pueden usar la información que allí obtengan siempre y cuando no digan cómo lo han hecho, quiénes han participado y qué decisiones se han tomado. El secretismo es tal que no podrán ir tampoco las parejas de los asistentes, ni sus escoltas, ayudantes, mayordomos o acólitos. Solo queines están invitados, y nadie más, pueden acceder. Las pocas fotos que hay se toman de manera muy controlada, siempre antes o después de los encuentros informales (oficialmente son así) y nunca durante los mismos. Los españoles en Bilderberg No hay un número fijo para estas reuniones, que comenzaron después de la II Guerra Mundial en 1954 en un hotel, el Bilderberg auspiciadas por el magnate David Rockenfeller y el príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld de los Países Bajos. Se estima que suelen rondar entre los 120 y los 140 participantes, con perfiles claramente políticos, económicos e industriales. Allí pueden aparecer desde multimillonarios como Elon Musk o Bill Gates hasta personalidades de otros campos mucho menos mediáticos (y posiblemente más relevantes a efectos prácticos) como la programación informática o las finanzas más duras. No se podrán dar datos sobre los participantes, ni actuar en nombre de ninguna institución oficialmente. Tampoco habrá comunicaciones sobre las reuniones ni se podrán confirmar o desmentir rumores de lo que se hable dentro de estas sesiones La regla de Chatham House El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares , repite por segundo año consecutivo como uno de los españoles presentes. Si en 2022 estuvo acompañado por el expresidente popular Pablo Casado y Carlos Núñez, presidente del grupo Prisa, este año el ministro de Asuntos Exteriores se encontrará en la capital portuguesa con Ana Patricia Botín (presidente del Santander), José Manuel Entrecanales (presidente de Acciona), José Creuheras (presidente del Grupo Planeta), Esteban González Pons (eurodiputado y portavoz del Partido Popular Europeo) y Pedro J. Ramírez (director de 'El Español). A ellos se une Belén Garijo , la consejera delegada hispanoalemana de la farmacéutica Merck. Se encontrarán allí con Jens Stoltenberg , secretario general de la OTAN; Roberta Metsola , presidenta del Parlamento Europeo o Peter Thiel , fundador de Paypal o Palantir. Solo con ver estos perfiles se destaca qué y quiénes van a decantar las grandes estrategias del futuro inmediato en un momento crítico para la sociedad mundial, donde el cambio climático, la guerra en Ucrania o los retos que llegan por la irrupción de la inteligencia artificial requieren ser extremadamente cuidadosos con las decisiones que se tomen. Las sesiones del Club Bildelberg de 2023 se alargarán varias semanas, hasta el 21 de junio. No habrá declaraciones institucionales, ni existe un portavoz, ni mucho menos redes sociales que se vuelquen con lo que se decida. Pese a que será, como lleva siendo desde mediados del siglo XX, lo que marque el futuro inmediato del mundo.