Patios de la Judería y San Francisco: la diferencia y lo inesperado

Casas desde las que se ve la torre de la Mezquita-Catedral , limoneros que parecen trepar por los tejados, inmuebles diseñados por arquitectos célebres, especies de plantas exóticas, pozos construidos por los romanos… por la antigüedad de los barrios, la ruta de patios que transcurre por la Judería y San Francisco se podría suponer ciertamente homogénea o acorde a unos cánones prestablecidos por el estilo, trazado y diseño de esta zona de Córdoba. Sorprende, sin embargo, por la variedad de los recintos y el carácter distintivo de cada uno. Noticia Relacionada Fotogalería vertical No Fotos: la belleza de la ruta por la Judería RAfael carmona La zona tiene una enorme variedad a pesar de lo que puedan pensarse La intimidad de las viviendas abiertas al público por sus propietarios ofrece un notable contraste con los que se espera ver. La ciudad sorprende desde el corazón de estos hogares que, junto a otros muchos, conforman ese patrimonio intangible de la humanidad que desde el pasado dos de mayo está atrayendo a miles y miles de visitantes. Noticia Relacionada El tiempo estandar No El mejor pronóstico de la Aemet para los últimos días del Festival de Patios DANIEL ARAGÓN Ciertas nubes harán acto de presencia en unas jornadas de mucho calor El patio de Céspedes, 10 genera la siguiente incógnita: ¿Estará presente en el concurso el año que viene? Su propietaria, Rosario Torrealba, acaba de vender la casa, que tendrá nuevos dueños para el siguiente festival. Tanto sus cinco hermanos como ella misma nacieron en esta vivienda tan cercana a la Mezquita-Catedral que la parte de arriba de su torre se puede ver desde el patio. Después de 70 años en el lugar, la dueña se toma su mudanza a la Plaza de la Magdalena como una nueva época. Además de esa visión de la torre, este patio de Céspedes destaca por ser menos floreado y más verde de lo habitual . «Hay que resaltar el filodendro, al que el año pasado le dieron el premio a la planta singular, los helechos o las hortensias, dos de ellas son de mis padres todavía», detalla Torrealba. Bella estrechez La estrechez de la calle Judíos y la larga cola de público generan en el número 6 una sensación de embotellamiento. Los componentes de la fila tienen que echarse a un lado y casi encoger barriga para que puedan pasar otros turistas que se dirigen bien en dirección a la Puerta de Almodóvar, o bien hacia las plazas de Tiberíades y de Maimónides. Basilia Bolaños vive en esta casa-patio desde 1967. Antaño fue hospital y fábrica de velas. Este año ha adquirido una nueva planta, de la familia de los ficus. También destacan las russelias, «que son como campanitas». Bolaños no ha salido del barrio en toda su vida, pues aquí se mudo de casada, pero de niña vivía en Fernández Ruano. Recuerda que la Judería de hace décadas era muy diferente, sobre todo por la falta de cuidado en comparación con la actualidad. Si en los patios anteriores viven los propietarios, no sucede así en Samuel de los Santos Gener, 5 , ya que el lugar, propiedad de la parroquia del Sagrario, se dedica al voluntariado de Cáritas parroquial. Fuera del festival llegan allí los alimentos, que recogen 50 familias. Tras el zaguán presidido por una Virgen, este patio tiene dos espacios, uno con un pozo y otro detrás más sencillo. Todo su cuidado queda también a cargo de los voluntarios de Cáritas. Los donativos de los visitantes se dirigen igualmente a su trabajo con los más necesitados. «El pozo llevaba 50 años tapado por escombros, y se abrió hace dos años», explica el voluntario Antonio Díaz, que curiosamente sí conoció al patio habitado porque allí vivió su tía abuela en los años 60. Esta infraestructura hidráulica tiene origen romano, unos dos mil años, Por debajo pasan los veneros de la sierra conocidos como aguas del Cabildo , que alimentan por ejemplo la fuente del Patio de los Naranjos. «Hemos excavado hasta diez metros y no hay agua, pero creemos que podemos encontrarla a doce o trece». Este conjunto de dos patios cuenta además con plantas exóticas como un ginkgo biloba, un ave del paraíso y un mango. Noticia Relacionada Fiestas populares estandar No Plano definitivo de la Feria de Córdoba 2024 con todas las calles y casetas D. Delgado La celebración que cerrará las fiestas del Mayo Festivo arrancará el próximo viernes, a partir de las 22.00 horas En Maese Luis, 22 varios visitantes se quedan boquiabiertos ante el modo de crecer de un limonero, que ofrece limones en la zona del tejado y parece discurrir por la pared a modo de enredadera gracias a una cuidada poda. Es la casa de Juan Antonio Gómez y su esposa Luisa, que además tienen allí su taller de cerámica. Este sitio estuvo dedicado a las profesiones liberales tiempo ha. «Aquí se tiraron periódicos antes de la guerra civil y durante la guerra y la posguerra, y también hubo una platería», apunta Gómez. Este patio es pródigo en helechos, por tanto menos floreado que otros. Muy cerca, en Maese Luis, Isabel Serrano , una de las propietarias, recuerda cuándo se mudaron allí, abandonando su casa anterior, donde hoy día se alza el hotel Palacio del Bailío. La de Maese Luis era la antigua escuela de turismo, y la familia tuvo que realizar hace unos 30 años una obra considerable para adaptarla a vivienda. Es un patio pequeño, recoleto y exuberante, en el que se nota la mano de su madre, Rosario Castejón, que fue toda su vida profesora en la Escuela de Artes y Oficios. Hay, por ejemplo, platos decorados por ella e inspirados en las ruinas de Medina Azahara, donde se crio al ser hija de Rafael Castejón y Martínez de Arizala, célebre científico y miembro de la comisión creada en 1924 para el proyecto de excavaciones de Medina Azahara. «Destaco la antigüedad de las plantas del patio, como la cica revoluta, que tendrá 200 años», indica Serrano. También se puede resaltar el Naranjo Washington, las amarilis o la jacobina. Al mirar desde la cancela otro patio de Maese Luis, el número 4, la vista coincide con su fuente. Sin embargo, al entrar no se halla en el centro, como es habitual, sino a la derecha, precisamente para que pueda verse. Es uno de los hallazgos visuales de esta casa diseñada por el famoso Rafael de la Hoz Arderius. Su propietario, Pepe Cruz, resalta el carácter señorial del recinto, inmueble a ladrillo visto. Suele escoger un color según el año. «Nunca repetimos, cada festival es diferente, esta vez hemos elegido el amarillo en todas sus tonalidades», especifica Cruz. Y ese efecto lo consigue la combinación de petunias, surfinias, calibrachoas, tagetes, hortensias, margaritas y cinerarias, generando un efecto peculiar.