La construcción del enemigo
Contratapa
Nadie, ningún politólogo serio, negaría hoy que las dos bombas atómicas arrojadas por los norteamericanos en Japón fueron, no sólo para terminar la guerra, sino para evitar que los soviéticos se adueñaran del imperio de Hirohito. Y para exhibirles, como modo de amedrentamiento, el devastador poderío nuclear de los Estados Unidos....