Wembanyama, un gigante desde la guardería
Wembanyama, como sus otros dos hermanos mayores, también deportistas profesionales, es fruto del matrimonio entre Elodie, una jugadora de baloncesto, y Félix, un saltador de longitud, genes que le llevaron a destacar desde el jardín de infancia. «Siempre he sido el más alto, siempre», recordaba el francés en una entrevista a ‘Le Parisien’. Con el paso de los años, y ante tamaño potencial, su madre, cuando Victor tenía tan solo cuatro primaveras, arropó a su hijo y le introdujo poco a poco en el baloncesto, pues ella, una vez retirada de las pistas, era entrenadora en un pequeño club de su localidad. Tuvo sus pinitos en el fútbol y en el judo, pero su esqueleto y músculos solo tenían ojos para la canasta.
El trabajo y el azar dieron sus frutos y, con 10 años, Wembanyama ya medía 1,80 metros y empezaba a llamar la atención de los grandes equipos de Francia y de toda Europa. Tal era su talento y envergadura física que incluso conjuntos de la talla del Barcelona llamaron a su puerta. Con los catalanes incluso llegó a disputar la Minicopa de la Liga Endesa en 2018, pero finalmente el interior permaneció en el Nanterre 92, club en el que militaba desde la infancia. Después de tan solo un año como profesional y levantar varias medallas en las categorías inferiores de la selección, esta temporada fichó por el Asvel, uno de los dos equipos franceses que disputan la Euroliga y que está presidido por Toni Parker, campeón de la NBA con los San Antonio Spurs y líder del los ‘bleus’ durante una última década plagada de títulos.
Dieta para la NBA
Wembanyama no solo sufre por su envergadura y porque muchas de sus conversaciones cotidianas giren en torno a la talla de sus zapatos o de sus pantalones. También lo ha hecho su físico, que pese a que acumula 90 kilos es delgado y algo débil en el contacto para el baloncesto europeo de máximo nivel. Es por eso que desde hace años trabaja con un experto de la alimentación que calca las dietas (cinco comidas al día) de jugadores con un cuerpo similar al suyo, como el letón Kristaps Porzingis o su compatriota Rudy Gobert, para ganar kilos y preparar su inevitable desembarco en la NBA, la única meta a la que aspira este portento.