Jorge Molina, un triplete para la historia de la Liga

Jorge Molina, un delantero en permanente idilio con el gol, sigue batiendo récords en la Liga. El atacante dirigió la goleada del Granada ante el Mallorca (4-1) y se convirtió, a las puertas de los 40 años de edad, en el jugador de mayor edad en anotar un hat-trick en el torneo doméstico, superando la marca establecida por el bético Joaquín hace apenas dos años. En una temporada que no estaba siendo fácil para él sus tantos han empezado a espolear a un Granada que llegaba al partido tras un fiasco monumental en la Copa del Rey, eliminado por el modesto Mancha Real en la segunda ronda. Molina, que ya suma ocho goles esta temporada, entra en el podio histórico de jugadores más veteranos en marcar en el campeonato nacional, apartando de la tercera posición nada menos que a Alfredo Di Stéfano. Por delante de él solo quedan César, jugador del Elche en la década de los cincuenta, y el exrojiblanco y exdeportivista Donato, que ostenta la primera posición tras marcar su último tanto profesional con 40 años y 138 días.


«Jorge Molina es una excepción, no es una norma, y cuando un entrenador tiene algo excepcional como él es maravilloso», esbozaba ayer sobre el jugador Robert Moreno, el técnico del equipo andaluz. «A nivel personal y profesional, Jorge Molina es un ejemplo, alguien que transmite valores a los jóvenes, y estoy encantado con todos lo bueno que le pase. No alcanzan las palabras para definir a un profesional de ese nivel».


La carrera de Jorge Molina (Alcoy, 1982) tiene poco que ver con la de la mayoría de futbolistas profesionales que pueblan las plantillas de la Liga. Antes de debutar en Primera, con 29 años, se había labrado una merecida fama como jornalero del gol en el resto de categorías del fútbol español. Su salto tan tardío a la élite no se lo tomó como el colofón de su carrera, sino que inició entonces una segunda juventud. Fue ídolo en el Betis y también en el Getafe, donde siguió agrandando sus cifras. Hasta ahora, su mejor registro en Primera son los 14 goles conseguidos con el conjunto azulón en la temporada 2018-19. Con ese mismo equipo fue pichichi en Segunda (22 tantos) dos años antes, aunque su récord absoluto son los 26 goles que firmó en la temporada 2009-10 con el Elche.


Molina es un 'rara avis' por muchos otros motivos. Tiene dos carreras, INEF y Magisterio, y ya tiene en su poder los títulos de entrenador y director deportivo por lo que pueda deparar el futuro. Fue su padre quien le inculcó el gusto por el estudio, convencido de que su hijo nunca iba a poder vivir del fútbol. Aunque su progenitor se equivocó, Molina nunca le agradecerá lo suficiente ese empeño. Hoy en día sigue leyendo, aunque ha cambiado los libros de texto por las novelas policiacas.


Molina asegura que su éxito no se entiende sin el esfuerzo y el trabajo que pone en todo lo que hace. Consciente de que los años pesan a todos, mima su cuerpo con esmero. Practicar el ayuno intermitente y entrenar cada día con la ilusión de un principiante le ayudan a evitar las lesiones musculares. Desde su llegada al Granada, en el verano de 2020, no se ha perdido ni una sola convocatoria por ese motivo. «Los goles me dan más ganas de seguir trabajando y de seguir disfrutando de esto», aseguraba ayer el goleador. «Estoy contento, bien físicamente y espero que pueda seguir marcando durante más tiempo».