Como en las películas de tribunales americanas, Sevilla está ahora mismo sentada en un banquillo acusada de no haber apoyado masivamente al sanchismo, y está condenada al mayor desaire por parte de la Administración central: el silencio. Porque si por la capital de Andalucía pasaba hasta hace apenas año y medio un rosario de ministros que incluso convocaban ruedas de prensa en el Ayuntamiento para anunciar grandes inversiones en infraestructuras que nunca llegaban, desde que el PSOE perdió la Alcaldía lo que hay es puro desprecio institucional.