De tanto arrimarse, hablamos de pitones, lo de Bárbara Rey va a ser al final de Puerta Grande, la de los leones del Congreso, que en Madrid se abre cuando el presidente saca cuatro veces el pañuelo. Sánchez mira al tendido y la mayoría social y animalista agita el moquero. Hasta el rabo piden. Fachas perdidos, reliquia de la guerra de África, bisutería fina y felina del colonialismo, los leones se quedan fuera, como los ponentes de la cumbre trasatlántica organizada en el Senado por Political Network... Читать дальше...