Errejón y la guerra cultural
Lo más impresionante de la noche en que Ilia Topuria revalidó su título de campeón de UFC no fue el 'knockout' en la tercera ronda, ni ese gesto como de beberse el té con el que celebró la victoria, ni la rosa roja como la sangre salpicada por el ring con la que salió a rueda de prensa, ni el doble puño giratorio con el que Shara Magomedov tumbó antes a Arman Petrosyan, el supermán armenio, ni los comentaristas de Eurosport, ni esa repentina afición nacional por la violencia reglada, ni la extraña camaradería de sus protagonistas... Читать дальше...