Suciedad en las calles, aumento de impuestos y tasas, gestión propagandística , lagunas en materia deportiva y cultural; pérdida de fondos europeos para proyectos o falta de actuación en materia de sombra y exceso de peso en el cuerpo de cargos de confianza y asesores son algunas de las cuestiones principales en las que han coincidido los grupos de la oposición en su réplica al discurso del alcalde de Córdoba, José María Bellido, en el Debate del Estado de la Ciudad que tiene lugar este jueves en el Ayunta miento de Córdoba. El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Antonio Hurtado , ha afirmado en este sentido que «sentimos tristeza por el daño a Córdoba, tiempo de oportunidades perdidas», cifrando en 33,3 millones el «agujero millonario» que la ciudad habría perdido en estas cuestiones. Por esta razón le ha pedido la dimisión al alcalde. Hurtado ha lanzado una batería de reproches que han pasado por el aumento de impuestos «con el basurazo del 50% y el manguerazo del 5% en el agua» la asuencia de promoción de vivienda protegida o la «cero acción política en una ciudad que necesita liderazgo político y lo que tiene es mediocridad, con un equipo de gobierno que cuesta 4 millones de euros, es malo e improvisa». El portavoz socialista insistió en que se aplique una moratoria a la apertura de apartamentos turísticos y una fiscalidad especial, ha recriminado que no se haya impulsado ningún aparcamiento público ern este tiempo y ha tildado de «arboricida» a Bellido por tener las calles «llenas de tocones y alcorques» y ha pedido una mejor atención al ciudadano en el Consistorio donde «todavía hay cita previa». Hurtado ha denunciado el «modelo de pan y circo, de barras, ruido, suciedad, porque está más sucia que nunca, y molestias o deterioro de servicios públicos, y tapando el descontento con subvenciones». De otro lado, el portavoz de Hacemos Córdoba, Juan Hidalgo, ha coincidido en algunos asuntos como el del gasto de asesores, la pérdida de fondos europeos y la suciedad pero ha abundado en cuestiones como la dejadez de los barrios. «Los centros cívicos son continentes sin contenidos, los barrios están dejados -punto en el ha eludido a la rotura de la fuente de la plaza de la Magdalena- y hay una ausencia de participación ciudadana» ha reclacado Hidalgo, quien ha puesto el ejemplo de la comisión de Cruces tras los últimos problmeas en el Casco. El líder del grupo heredero de Izquierda Unida también se ha centrado en criticar el perfil del alcalde que «del verano para acá se ha convertido en un gran comercial de la ciudad; ya entendemos por qué fue el fichaje de Daniel García-Ibarrola», ha apostillado. En este punto ha recordado el c oncierto de Luis Miguel, «que no aportó nada». La portavoz de Vox, Paula Badaneli, la primera en interpelar al alcalde tras su primera intervención ha incidido en que «está bastante alejado de la realidad y no pisa el terreno». Ha enfatizado el aspecto tributario y le ha respondido a Bellido -quien ha defendido bajadas fiscales en cada ejercicio- que «todos los impuestos menos el de vehículos han subido en este tiempo en la ciudad». Badanelli, que ha repetido la queja de la suciedad en Córdoba, ha puesto el foco en dos zonas concretas de la ciudad en su discurso: El Brillante y el Casco . Sobre el primero ha reprochado al alcalde ser «maricomplejines» al «no invertir en una zona que teóricamente son de los suyos». Respecto del Casco, ha insistido en la presencia de botellones, inseguridad, y otros problemas que «van a terminar echándonos a los que vivimos allí; es un infierno plagado de pisos turísticos», ha sentenciado y en clara alusión a los últimos problemas que ha habido con las verbenas nocturnas. Badanelli le ha afeado a Bellido que se apropie de la Base Logística del ejército de Tierra cuando «poco ha tenido que ver» y le ha censurado la tardanza en la puesta en marcha del espectáculo del Alcázar, «que un gobierno serio ya hubiera tenido dimisiones». «Córdoba no está ni de lejos mejor que hace 5 ó 6 años». Por su parte, el portavoz municipal del PP, Miguel Ángel Torrico , ha cuestionado el «discurso apocalíptico de la oposición», ha asumido que «cometemos errores, claro que sí» pero ha valorado el hecho de que «hayamos logrado cerrar carpetas de proyectos que llevaban atascados años».
