Es un escenario que nadie había considerado seriamente durante décadas, pero desde el ataque de Rusia a Ucrania , la pregunta está presente en los sistemas sanitarios de toda Europa occidental. Y la respuesta es, a menudo, que, en caso de guerra, colapsarían rápidamente. El país que lleva la delantera en la adaptación y espejo en el que se mira el resto de socios europeos de la OTAN es Noruega, que ya formuló medidas concretas en un libro blanco en 2023. El concepto de «Defensa Total» también afecta al sistema sanitario, explica Usman Ahmad Mushtaq , Secretario de Estado del Ministerio de Sanidad y Atención Médica de Oslo. «necesitamos fortalecer nuestra capacidad para hacer frente a las emergencias sanitarias para garantizar que estamos mejor preparados para futuras crisis». Los nuevos protocolos garantizan que los servicios sanitarios noruegos están preparados para emergencias y tienen la formación y la experiencia adecuadas para tratar con víctimas en masa, según el político del Partido Laborista. Las situaciones de conflicto militar es más compleja y su gestión difiere significativamente de las crisis no militares o de seguridad, añade Mushtaq. «Puede ser necesario colocar todos los recursos sanitarios disponibles en Noruega bajo una administración nacional común para poder utilizar y coordinar mejor los recursos disponibles, como personal, transporte, terrenos, medicamentos y equipos», por lo que esa posibilidad debe estar organizada de antemano. Los protocolos de situación de guerra incluyen listas actualizadas de proveedores de servicios públicos y privados con los que se han establecido convenios previamente y que establecen las prioridades de suministro. «La Ley de Atención Médica y otras leyes de salud y preparación para emergencias contienen las disposiciones legales necesarias para tomar medidas tan drásticas si fuera necesario», explica el Secretario de Estado. El concepto de 'totalförsvar', defensa total, aplicado a los sistemas sanitarios tiene como consecuencia que la Sanidad se beneficie de parte de los 600.000 millones de coronas, unos 50.000 millones de euros, que el Gobierno noruego ha presupuestado para la Defensa hasta 2036, que en este caso supera el objetivo del 2% fijado por la OTAN y que todos los miembros de la Alianza contemplan, al menos sobre el papel. La «preparación civil» desde esta perspectiva se encuentra por tanto bajo el foco de la agencia gubernamental responsable «Socialstyrelsen». Se trata, por un lado, de garantizar reservas de equipos de protección y de equipamiento médico, de planes de emergencia coordinados centralmente para las regiones y municipios y de un programa de inversiones para hospitales. Por otro lado, existen modelos para «priorizar la atención sanitaria en casos de escasez de recursos», según explica la autoridad. En varios países de Europa resuenan todavía los agrios debates sobre el «triaje» desde la pandemia. En caso de guerra, podría volverse relevante a un mayor nivel. Suecia continúa trabajando en su concepto. A principios de septiembre, el relativamente nuevo miembro de la OTAN dirigió por primera vez una maniobra de la Alianza en su propio país. Se llamó «CAMO24» y se refería menos a movimientos de tanques que a cuestiones médicas y logísticas: se practicó una evacuación masiva, incluida la asistencia a los afectados. En octubre también se celebrará una «conferencia nacional sobre medicina de desastres» en Gotemburgo, la segunda ciudad más grande de Suecia, centrada «flujos de pacientes» y atención médica dentro del marco de la OTAN, y de «lecciones de la guerra de Ucrania». Y sobre un tema típicamente nórdico y de gran alcance: la «salud mental» como parte de una «defensa total». La OTAN está desarrollando planes para evacuar a un gran número de soldados heridos en caso de una guerra con Rusia. El teniente general Alexander Sollfrank , comandante de un comando de apoyo de la OTAN en Ulm, ha reconocido que un hipotético conflicto con Rusia probablemente implicaría un teatro de guerra más grande y un mayor número de tropas heridas, lo que ocasiona serios desafíos en la evacuación aérea desde el frente, por lo que es necesario establecer protocolos que incluyan el uso de trenes y autobuses-hospital. «El desafío será garantizar rápidamente una atención médica de alta calidad para un gran número de heridos», concreta Sollfrank, para que una «zona Schengen médico-militar» podría ser la forma efectiva de eludir las regulaciones médicas de diferentes países.
